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"Barés reconoce el contacto con las niñas, no los abusos que se le atribuyen"

El abogado defensor de Enrique Barés, imputado de abusar de tres nenas entrerrianas, analizó las actuaciones de la causa en diálogo con La Capital.

La Capital le propuso al psicólogo y ex secretario académico de la Universidad Nacional de Rosario UNR), Enrique Barés, dar su versión sobre la causa que lo tiene imputado por abusar de tres niñas entrerrianas de 4,6 y 9 años hace casi dos décadas. Pero él prefirió hacerlo a través de su abogado, Jorge Omar Torres, un mendocino de 69 años, jubilado como ex juez de la Cámara penal de Gualeguaychú. El mismo profesional que pidió la prescripción de la causa caratulada "Barés Héctor Enrique s/ abuso sexual gravemente ultrajante” y que le fuera denegada el 8 de julio pasado por el juez de garantías Gustavo Díaz.

Según Torres, su cliente "prestó declaración dos veces, negó los hechos que le imputan las tres supuestas víctimas y no tiene explicación sobre por qué está siendo acusado, no tiene elementos para pensar a qué se deben esas denuncias, por qué motivo se han inventado".

- ¿No le llama la atención a Barés que una de las denunciantes no hubiera tenido relación con las otras dos, hermanas, y hubiera coincidencia en las denuncias?

- El niega los hechos.

- ¿Sí admite haber estado a solas con las nenas?

-Sí reconoce haber estado con ellas, jugando, contándoles cuentos, no los abusos que se le atribuyen.

Esto fue parte del diálogo con el profesional quien representa al psicólogo desde que se iniciaron en 2019 las primeras denuncias, de dos hermanas de la familia que lo alojaba cuando él en 2001 comenzó a dar clases en la Universidad Nacional Tecnológica de Concepción del Uruguay.

A esas dos denuncias se sumó luego otra, de la hija de una pareja de una profesional uruguayense con quien Barés mantuvo pareja por un breve lapso. La causa está siendo investigada por la fiscal Gabriela Sero pero aún no entró en juicio oral. Esto significa que no se sabe todavía qué mensurará la fiscal al momento de solicitar la pena donde se aúnan tres hechos, a los que refiere la ley 119 del Código Penal. La norma establece una pena de 4 a 10 años de prisión efectiva para quien abuse sexualmente de un menor de 13 años con sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.

"Obviamente mi cliente está preocupado, desde que comenzó todo esto y ahora que se hizo publico está anímicamente más afectado, se sabe que se pone en juego una condena con una pena alta", dijo el abogado quien reiteró que Barés "ha negado desde siempre la participación en los hechos, y ha ido a testiguar acompañado de sus hijas, la primera vez, y con su actual esposa, la última", dijo el abogado que apeló la negativa de prescripción del juez.

Ahora, un vocal de la cámara penal de Concepción deberá el próximo jueves expedirse en favor de la fiscalía o de la defensa de Barés y eventualmente la decisión podrá ser revisada por la Cámara de Casación.

La declaración del imputado

Según Torres, el psicólogo imputado prestó una "declaración extensa" donde dio cuenta de "toda su vida y detalles de sus viajes a Concepción del Uruguay". En esa oportunidad dijo que los primeros viajes fueron "esporádicos", porque iba a dar clases a la UTN.

"Fueron seis fines de semana, viernes y sábados, de septiembre octubre y noviembre de 2001, donde se habría puesto en contacto con la familia que lo alojó y con quien siguió teniendo vínculo hasta que las dos hermanas hicieron la denuncia", dijo el abogado.

Luego dijo que Barés declaró el inicio de una relación breve con una mujer de Concepción del Uruguay, entre 2002 y 2003 momento en que se separó. "Pero siguió trabajando en Rosario y viajaba los fines de semana", dijo el abogado.

- Las denunciantes tienen poco más de 20 años, ¿cuántos años tiene Barés?

- Creo que está cerca de los 70.

-Usted pidió rever un informe del gabinete psicotécnico de los tribunales sobre las víctimas. ¿Por qué?

- A dos víctimas, porque una tercera reside en España. Lo cuestionamos porque creemos que hay circunstancias que no responden a los parámetros que debían respetarse, para llegar a las conclusiones a las que se llegó. Hicimos un cuestionamiento y se hizo a lugar.

-¿Podemos saber más de ese informe o los cuestionamientos?

-No, son cuestionamientos técnicos y sobre la modalidad aplicada por psicólogos y psiquiatras.

-¿Por qué pidió usted la prescripción (extinción de la acción penal por el transcurso del tiempo) de la causa?

-Porque me atengo a una cuestión jurídica que está en el Código Penal y en el derecho desde tiempos inmemoriales y tiene que ver con que las condenas penales no sean más gravosas, que las que existían al momento del hecho. Hay que apelar a las leyes que más favorezcan al condenado por un principio de humanidad. Desde lo técnico jurídico, la prescripción es un derecho, que se sustancia en jurisprudencia nacional e internacional.

-También la fiscal se basó en la ley Piazza (norma que amplió los plazos de prescripción de los delitos que afecten la integridad sexual de los menores de edad) y tratados internacionales de derechos humanos para oponerse a la prescripción.

-Es que nadie puede estar en desacuerdo con esa ley (Piazza), pero pido prescripción al entender que el tiempo corre desde el día que se cometió el delito o si hubiera sido continuo, cuando cesó de cometerse. Entonces si se toma como último hecho el que supuestamente ocurrió en el 2003, la prescripción se habría producido en diciembre de 2015 y el de las dos primeras supuestas víctimas en 2013. Y apelo porque, si bien entiendo que con el avance de la perspectiva de género estos temas ligados con lo sexual alarman más y la sociedad lógicamente expresa una condena social, tengo que aplicar el derecho.

-¿Usted cree que la perspectiva de género es la responsable de la condena social, no el accionar que ya se le imputa a su cliente?

-Digo que las lecturas de género responden a una realidad y a reivindicaciones obvias que tenían que ocurrir y ocurrieron. Los temas sexuales golpean más a la sociedad porque hubo una revolución en la que se avanzó con derechos que antes no se consideraban.

-Menos mal.

-Sí, en más de 30 años como abogado y juez he visto muchos casos como estos. Hay que ver a cada uno en particular, claro, y qué hechos se prueban y cuáles no. Desde mi óptica profesional debo aplicar el derecho, no me queda margen.

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