Después de una jornada ardua entre el trabajo y las tareas diarias, suponemos que a la noche vamos a acostarnos y a dormir casi inmediatamente después de apoyar la cabeza en la almohada, pero esto, a veces, no es tan así y nos empezamos a preguntar por qué nos cuesta conciliar el sueño.
La doctora Suzanne Bertisch, profesora adjunta de Medicina en Harvard, compartió a través de la revista de la universidad los motivos más comunes por los que las personas podemos tener problemas para descansar y dormir de un tirón. Uno de ellos es el los dispositivos electrónicos, y es que, si algo recomiendan los expertos, es no exponerse a la luz azul antes de dormir. Por eso, se aconseja no utilizar teléfonos celulares, tablets ni computadoras en la cama.
Otro de los motivos es la cafeína y a este se le suma el efecto del alcohol que puede ser una explicación de por qué nos cuesta dormir. Puede que nos parezca sorprendente y es que seguro que, más de una vez, pensamos que el efecto del alcohol es el contrario y que nos hace dormir más rápido, pero no es tan así. Según explica la doctora, no solo puede hacer que nos despertemos más a menudo, sino que puede que nos haga ir al baño mil veces, impidiendo poder dormir bien.
Lo mismo ocurre con la comida. Cuando comemos mucho, nos sentimos cansados y nos da sueño, pero también cabe la posibilidad de que tengamos acidez o reflujo y eso no ayuda. Lo mejor, según la experta, es no cenar inmediatamente antes de ir a la cama y, si se pueden dejar unas horas en el medio, mejor. Además, hay alimentos que nos pueden ayudar a descansar y otros que mejor evitar como las grasas, los azúcares o los fritos.
No podemos olvidarnos de la edad y Bertisch explicó que las interrupciones del sueño se ven frecuentemente en las personas mayores, aunque es verdad que el origen de ello puede estar en muchas cosas. Lo que sí es habitual es que los adultos mayores se despierten mucho más temprano porque les entra sueño antes y sus ciclos habituales empiezan a cambiar.
La doctora habló también de los medicamentos y señaló que hay algunos que pueden afectar al descanso, sobre todo los que deben tomarse diariamente. Es por ello que aconseja hablar con el médico de cabecera para preguntarle si es posible que tengan algo que ver y qué opciones hay para minimizar ese efecto a la hora de dormir.
La especialista de Harvard dijo que, si alguna de estas razones nos resulta familiar, podemos probar a hacer cambios y ver si la situación mejora, a la vez que manifestó que siempre podemos intentar otro tipo de hábitos como eliminar todo rastro de luz de la habitación, mantener su temperatura entre 18 y 21 grados, no hacer deportes antes de dormir o tomar un baño caliente antes de ir a la cama.
También, es importante mantener un horario fijo, salir todos los días a que nos dé un poco el sol y no utilizar la habitación para trabajar.
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