En tiempos de predominio de lo virtual hay un profundo interés en el ámbito familiar y educativo por fomentar la lectura en niños y adolescentes: Estimular su creatividad y su curiosidad en el mundo literario.
Como respuesta a esta necesidad y con el objetivo de construir una comunidad lectora, nació “Casitas de papel”, un club de lectura y cultura creado en 2016 por Ana Sagripanti, pergaminense licenciada en Comunicación Social, actriz y mamá de Camilo y Cintia Roberts, de Reconquista, Santa Fe, licenciada en Letras, editora de oficio especializada en literatura para las infancias y madre de Ulises y Francina.
Cintia se había mudado de Capital Federal a Pergamino recientemente, cuando el libro álbum venía abriendo nuevos paradigmas en la lectura, pero era difícil de conseguir.
“Esa fue nuestra tarea, lograr accesibilidad y dar a conocer sobre estos bienes culturales que considerábamos tan preciosos, por su aporte estético y su valor”, dijo a PRIMERA PLANA.
En una habitación de la casa de Ana, ambas comenzaron a recibir a amigos, amigas y allegados para intercambiar lecturas y dictar talleres, a partir de los cuales “nos dimos cuenta de que muchas familias necesitaban asesoramiento en qué comprar y en cómo valorar aquello que adquirían”, recordó Cintia Roberts, que agregó que “fue así que surgió el Club, como un modo de acompañar el crecimiento de los lectores y las bibliotecas familiares”.
Desde un principio, los pergaminenses recibieron con curiosidad la idea y la volvieron uno de sus rituales mensuales. “Las devoluciones son extraordinarias y siempre superan nuestras expectativas”, aseguró la licenciada en Letras, quien agregó que “hay familias que nos acompañan desde cuando los clubes de lectura no estaban tan en boga. Esos niños crecieron en la construcción de su camino lector y fueron cambiando de segmento hasta llegar a lectores autónomos”.
En esta trayectoria, Ana y Cintia a través de lecturas seleccionadas, acompañan a las infancias reflexionando sobre como dirigirse a los niños y las niñas, desde una mirada y escucha atenta, respetuosa y comprometida con sus necesidades e intereses, de acuerdo a su madurez cognitiva y emocional.
A partir de una suscripción mensual, cada familia accede a una propuesta personalizada de lecturas según sus intereses, de modo que muchas veces reciben libros y recursos que contagian las ganas de expandirse y aventurarse a nuevos recorridos temáticos por géneros, desde ficción, narrativa, poesía, recorridos lúdicos, de arte y hasta divulgación científica para los más pequeños.
“Los libros son portadores de un sinfín de contenidos. Por ejemplo, uno de nuestras entregas que más gustan son las de cocina, las de huerta, y la última de exploración espacial fue un verdadero acierto”, sostuvo Cintia.
El Club “Casitas de Papel” facilita la tarea de maternar y paternar desde el disfrute y a través de un objeto cultural gracias a los recursos y las propuestas literarias.
Ana y Cintia afirman que cada recorrido es singular y único y es por eso que se mantienen dispuestas a responder las inquietudes y los pedidos de cada padre, madre, abuela, niño o niña.
Además, luego de dos años de edición, “Casitas de Papel” publicó éste año su primer libro como casa editorial: “Universos fugaces”. Desde una atractiva propuesta estética, la obra habla de las despedidas y bienvenidas cotidianas, incluso las inevitables y de los diminutos y fugaces de las personas en éste Universo.
“Salió en abril y en junio se agotó. Es un libro que tuvo una recepción increíble, impensada”, afirmó la editora contenta a PRIMERA PLANA y detalló que ya fue reimpresó nuevamente y está disponible.
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