Los vecinos de las últimas manzanas de la localidad de Urquiza, de un loteo realizado entre 2013 y 2014, carecen de servicios esenciales y ausencias del Estado Municipal de varios tipos.
Las demandas son de vieja data, como el mejorado de las calles, el alumbrado público, las arterias de ingreso y egreso, el cordón cuneta y la situación de la plaza.
Sobre la situación estructural de la vía pública, en las últimas calles linderas al campo, se aprobó a través de una presentación del exconcejal Ramiro Llan de Rosos, el mejorado con piedras en tres calles, aunque sólo se realizó en dos. La última sigue estando pendiente aunque se aprobó, se le asignó presupuesto, plazo y realización. Todo consta en las actas Nº 3018/17 y 3165/18 del cuerpo deliberativo, aún pasado algunos años y siendo el mismo intendente municipal, Javier Martínez, a quien se le elevaron los reclamos pertinentes. Hoy los vecinos siguen insistiendo.
La situación es crítica para las últimas manzanas loteadas, ya que en materia de obras, tampoco tienen alumbrado público. Desde la Cooperativa Eléctrica Rural de Urquiza dicen una cosa y desde la Delegación, otra. En el medio, la ausencia del servicio en el cotidiano de los vecinos.
“El delegado anterior, Claudio Santamaría, decía que se hacía una cuadra de cordón cuneta al año. Los vecinos nos juntamos para pedir, ya que estaban las máquinas trabajando en la calle, que se pueda trabajar en el cordón cuneta, pero nada sucedió”, le relató un vecino a PRIMERA PLANA.
En el último loteo del pueblo, dónde se delimitaron parcelas a la venta, también se “cedió” un espacio para hacer una plaza, cómo así lo indicaron las autoridades municipales.
La plaza no sólo nunca llegó sino que “en las primeras dos manzanas hay un lote en cada una esperando por la plaza y como nadie hacía nada, le presentamos al actual secretario de Seguridad municipal, Karim Dib si nos podían traer juegos y nos dijeron que no, pedimos por los que retiran de otros espacios y también nos negaron esa opción”, expresó otro vecino.
Con el paso del tiempo y el abandono del lugar, los vecinos se organizaron para ir a cortar el pasto y mantener el espacio que debiera atender el Municipio. Aunque no sucede por decisión legislativa o ejecutiva, los vecinos decidieron arreglarse entre ellos. Algunos dispusieron o invirtieron económicamente para el bien colectivo, comprando algunos juegos o compartiendo los que tenían en el patio de su casa para que todos los niños del pueblo puedan usarlo.
El tobogán lo ofreció un vecino que lo tenía en su casa y la hamaca y la calesita es de otro habitante del pueblo que lo cedió para que puedan usarlos más que sus hijos. Al ser juegos para uso doméstico, la duración es menor y muchos ya se encuentran fuera de uso. Los primeros árboles de la plaza los aportó un vecino y los últimos colocados también. Y el banco lo construyó otro morador de Urquiza.
Vale aclarar que este espacio público tiene ubicación geográfica y denominación como “Espacio Hermana María Crescencia Perez”, a través de la ordenanza municipal Nº 8610/17, aprobado por unanimidad en el Concejo Deliberante en junio de 2017.
Lo que sí aseguraron los vecinos es que la delegación se encarga de cortar el pasto, pero “cuando se acuerdan o cuando los vecinos se quejan”. Y el reclamo actual es por la “reparación de los juegos y la solicitud de hamacas”, señalaron.
Cansados de reclamar en la delegación, estos organizados vecinos presentaron diferentes notas al Concejo Deliberante, al Municipio y al intendente. La respuesta nunca llegó.
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