A comienzos del mes de diciembre, los directores generales de administración (DGA) bonaerenses comenzaron a reunirse con parte del equipo del ministro de Economía y ex gerente del Banco Central, Hernán Lacunza. El tópico de las conversaciones giró, en todas las citas, sobre la falta de dinero físico. “Nuestro objetivo es lidiar con la sociedad, los sindicatos y los movimientos sociales, para evitar desmanes en las fiestas. El ministro aseguró que, entre el aguinaldo y el bono, no queda más dinero para nada”, confesó uno de ellos.
Pocos días después, desde la propia secretaría de Hacienda bonaerense confiaron que “la orden de Lacunza es dejar avanzar sólo a algunos concursos. Todo lo demás queda cajoneado hasta el año que viene”. De este modo, recategorizaciones, traslados, aumentos en planes sociales o asignaciones, retiros voluntarios, todo queda en un stand by indefinido. Congelado hasta nuevo aviso.
En consecuencia, los diferentes organismos provinciales aprovecharon el fin de año para “hacer la plancha”. Así, el portal del Provincia de Buenos Aires Compras (PBAC), dejó de lucir entre 90 y 100 licitaciones para tener de una semana para la otra entre 16 y 20. “La orden es que nadie pide nada, salvo que sea muy barato y absolutamente necesario”, aclararon en Hacienda.
La mañana del 19 de diciembre amaneció ajetreada. A diferencia de lo que suele ocurrir en los últimos 15 días del año, esta vez los murmullos ensordecían los pasillos de la Contaduría General de la provincia. De manera inesperada, el contador Carlos Francisco Baleztena ordenó el llamado a 7 compulsas. Mientras el resto de los titulares se arreglan con lo que tienen, sorpresivamente en Contaduría necesitan 7 rubros distintos.
Hasta los más escépticos comenzaron a alarmarse cuando se enteraron que Baleztena piensa resolver la mayoría de ellas en la “semana muerta”, esos 3 o 4 días hábiles que hay entre Navidad y Año Nuevo, cuando nadie hace nada. Es que, puertas adentro de la administración pública, es un viejo lema. Cuando hay algo que se desea ocultar pero que no puede dejar de publicarse, se publica en la “semana muerta”.
Esta vez, la semana que todo lo oculta hará lo suyo con 7 licitaciones por un total de 947.477.017,07 millones de pesos. Una escandalosa fortuna para una provincia sin dinero, con lo que prometen pagar objetos que, dadas las circunstancias, son tan poco indispensables como urgentes: Bidones de agua, abrochadoras, notebooks, autos, camionetas y muebles nuevos.
Ante las preguntas, personal de Contaduría General aseguró: “No puedo asegurar nada. Las licitaciones están correctamente publicadas y son perfectamente legales, aunque es admisible que los montos y el hecho de que se den justo en estas semanas resulta llamativo”.
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