“Es nuestro trabajo. Somos más de 40 mil familias. Presentamos protocolos y esperamos una respuesta favorable. Por eso le pedimos con respeto, Alberto Fernández necesitamos #AutomovilismoYa”.
La semana pasada, ese mismo texto se replicó incansablemente en las redes sociales con una sola intención, llamar la atención sobre el complejo momento que están atravesando quienes han formado su empresa a partir de la actividad motor.
En ese marco, la ciudad de Pergamino cuenta con vastos preparadores entre los que destaca el MG-C, estructura protagonista a nivel nacional por su presencia con 3 autos en el Turismo Nacional (TN).
Mauro García, responsable del team fue claro al explicar por lo que están pasando desde aquel lejano 15 de marzo cuando lograban completar la fecha en La Pedrera, San Luis y desde aquel momento los motores no se han vuelto a encender, ni el de los autos ni el de esta industria tan particular.
“Esto va más allá de lo que se ve por televisión los fines de semana, hay mucho trabajo detrás desde autopartistas, hacedores de piezas específicas, motoristas, ingenieros, mecánicos, nosotros que preparamos los autos. El corredor puede ser amateur o profesional, pero todos los que preparamos los vehículos vivimos de eso, y somos muchísimos a lo largo y a lo ancho de todo el país”, explicó García a PRIMERA PLANA.
El MG-C es una estructura importante del automovilismo argentino, en la que se desempeñan unas 12 personas en carrera para atender los 3 autos con que cuentan. Pero es válido aclarar que equipos más grandes u oficiales llegan a contabilizar hasta 10 trabajadores por cada auto de carrera.
“Intentamos reinventarnos haciendo otras labores. La actividad no ha enseñado a hacer muchas cosas, pero estamos sólo subsistiendo. El ritmo de carrera, la exigencia hace que uno tenga compromisos que ahora no son fáciles de sostener. Tenemos chicos suspendidos y hasta que no vuelvan las carreras no los podemos emplear porque de verdad sólo estamos subsistiendo”, reafirmó Mauro García, quien no le encuentra explicación a las dudas ya que los protocolos presentados surgieron desde la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y es lo que regula toda la actividad mundial desde la Fórmula 1 hasta la menor de las categorías.
Con ellos se desarrollaron competencias y dieron cuenta de su eficiencia.
Hacia fines de la semana pasada en el ambiente había reinado el optimismo pues desde la Asociación Argentina de Volantes (AAV) habían difundido fotografías de neto corte político donde todo parecía indicar que la vuelta estaba a un paso.
Pero con el correr de las horas el ánimo decayó cuando se enteraron que los protocolos habían sido rechazados por el Gobierno Nacional.
“Convivo en el taller con la misma gente con la que estaría en el box durante una carrera, y los pilotos van dentro de un vehículo con lo cual no tendrían otros contactos”, explicó el líder del equipo que cuenta entre sus filas con el reconocido volante cordobés Facundo Chapur en la Clase 3; al fueguino Lucas Yerobi en la Clase 2; y recientemente confirmaron la incorporación del santafecino Luciano González también en la especialidad menor.
La presión del conjunto dio su resultado evidentemente, pues al cabo del jueves se conoció la existencia de protocolos presentados por el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Ginés González García y la luz de esperanza volvió a encenderse para el mundo motor.
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