En los últimos 15 días, en el país se conocieron tres casos de mujeres fallecidas por consecuencias derivadas de un aborto clandestino, entre ellas R., joven de Presidente Derqui que murió el pasado lunes en el Hospital Sanguinetti.
Luego de que el Senado rechazara el proyecto de aborto legal que ya contaba con media sanción en la Cámara de Diputados, el colectivo Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa) anunció la creación de un registro nacional de muertes por aborto clandestino.
Desde el Observatorio de MuMaLa se expresó el objetivo de “visibilizar y seguir exigiendo la sanción de una ley de legalización de interrupción del embarazo que dé respuesta a las cientos de miles de mujeres que recurren a esta práctica en nuestro país cada año”.
Dicho registro será realizado a partir de los casos conocidos en 2018. Según afirmó Raquel Vivanco, la coordinadora del Movimiento, al portal Periodismo Popular, el punto de partida será el año “en el que hubiéramos podido contar con una ley de aborto legal”.
La mujer agregó que “vamos a apelar a las mismas fuentes que usamos para los registros de femicidios, y son los medios gráficos y digitales, el análisis de ellos para un registro que dé cuenta de la vida de estas mujeres que ya están pero que tuvieron una muerte totalmente evitable, por lo que podemos denominarlas femicidios de Estado”.
Dolor cercano
El miércoles 8, justamente el día en que 38 senadores votaron contra el proyecto, R. ingresó al Sanguinetti con un cuadro de dolor abdominal y fiebre, por lo que se activó un protocolo para casos similares.
Luego de un período de mejora, su estado de salud comenzó a agravarse, hasta que el domingo 12 se produjo el peor desenlace.
Si bien desde ese momento reinó el hermetismo, las fuentes indicaron que la evidencia era incontrastable: la joven llegó al hospital luego de haber intentado practicarse un aborto, en este caso del tipo “incompleto”. Es decir, que aún quedaban restos en su cuerpo.
Según se confirmó, el útero de la joven no estaba perforado ni ulcerado, como sucede en los casos que las mujeres se introducen agujas de tejer u otros elementos. Pero sí se cree que introdujo algo en su cuerpo que fue lo que terminó provocando la muerte.
No obstante, al ingresar al Sanguinetti, las versiones señalan que tanto la mujer como su familia habrían negado en todo momento la existencia de la interrupción voluntaria del embarazo, a pesar de las evidencias advertidas por el personal de salud.
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