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Cuando la falta de tacto político impide ver el bosque

Guillermo "Memo" García Por Guillermo "Memo" García | 4 de Abril de 2019

No era necesario. Ni tampoco conveniente desde la lupa política, esperar que el expeditivo fiscal Matías Di Lello solicitara una medida precautoria al Juzgado Federal por la situación de los vecinos de Villa Alicia y la probable contaminación del agua. Esa rápida y madura decisión se debió haber adoptado mucho antes desde el Municipio. No esperar hasta hoy. Porque ahora ya no lo hace desde una posición de fuerza, luego de descartar determinaciones parciales y poco significativas, aunque sin dudas que con nobles propósitos y espíritu de cooperación.

Pero los resultados están a la vista: posiciones rígidamente enfrentadas entre el Municipio y Las Madres de Barrios Fumigados, operaciones en medios, una interrumpida sesión del Concejo Deliberante de alto voltaje y el rechazo a una Emergencia Sanitaria que hubiese abreviado los tiempos, echado un manto de sentido común y brindado contención a los vecinos. La herramienta estaba al alcance de la mano.

El disparador de la problemática de Villa Alicia, La Guarida y Luard Kayad fue PRIMERA PLANA el 21 de marzo, cuando tituló que la Justicia tendría acreditado que el agua en la zona noreste registra contaminación con agroquímicos. En ese preciso momento las autoridades municipales tomaron conocimiento del estado de la causa judicial. Al día siguiente, PRIMERA PLANA siguió el abordaje con la posibilidad que el agua de los barrios La Guarida y Luard Kayad probablemente estarían en las mismas condiciones. Allí fue cuando el Municipio salió a desmentir la información, de la que además se habían hecho eco otros medios, para “llevar a la población tranquilidad y asegurar la falsedad de dicha noticia”.

El contexto no demoró en dejar a los dos sectores cara a cara. Uno reclamando y otro resistiendo la demanda de los vecinos. ¿Cuál es el rol del Estado en materia de la salud? Ser responsable de velar por la calidad de vida de todos los ciudadanos y asegurar ese derecho. La decisión política correcta e inmediata e inclusive de sentido común, hubiese sido -por ejemplo- que el Municipio se constituya en la zona de Villa Alicia, ponerse de verdad a disposición de los vecinos, suministrar agua potable y atender el reclamo codo a codo con esa comunidad, mientras se esperan los resultados de los informes y la resolución de la Justicia. No es una tarea traumática ni que debe evaluarse con la especulación de vencedores y vencidos.

Estas no son cuestiones para medirlas por cómo impacta en la imagen de un funcionario o cómo si algunos ganaran y perdieran una pulseada. El tema del agua para consumo es extremadamente sensible. Por esa causa, al Municipio le faltó tacto político.

Los manuales de situaciones adversas en la política enseñan que uno de los riesgos más importantes que corren los gobiernos es equivocar el diagnóstico, situación que se profundiza cuando se persiste en el error. El manejo de los tiempos y las señales que dio el Municipio en este tema constituyen dos elementos cruciales que hicieron que la problemática se le cayera encima.

Urge la puesta en marcha de un programa integral de política que asegure una coordinación efectiva de todas las áreas y cuyos principales objetivos sean intentar llevar confianza a los vecinos. ¿Cómo convencer a un vecino que cree que el agua que toma no es apta? Eso no se logra con un video o un posteo en las redes sociales por parte del intendente, sino con un giro inmediato de la estrategia política que, hasta ahora, el Gobierno local, inexplicablemente, equivocó. Ese requisito inminente de un cambio en el método de toma de decisiones parece llegar a medias hoy: debería haber sido mucho antes.

A éste Gobierno le falta tacto político y le sobra presunción frívola, en un escenario que se vuelve aún más incierto por las reiteradas faltas de reflejos en cuestiones que a primera vista parecen simples de encausarse. El intendente fue un exitoso presidente de club, debe tener seguramente buenas intenciones, puede ser un buen gerente del Municipio o un eficiente administrador, pero la falta de política, pensando en suplirla con una intensa tarea en redes sociales o con algunos -o algún- funcionarios preferidos en los timbreos no pueden reemplazar los mecanismos de atención y asistencia a vecinos preocupados y casi ignorados en su reclamo.

Es indispensable en política tomarle el pulso a cada situación crítica en el momento justo. La política es el arte de lograr consensos entre intereses contrapuestos para alcanzar el bien común. Obviamente, hacer política es la esencia de toda gestión del Estado y ello requiere acordar, ceder y conceder. Ya no alcanza con sólo parecer sino es indispensable también ser.

El autor es Periodista y Jefe de Redacción en PRIMERA PLANA

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