Entre enero de 2013 y enero de 2016, una farmacia de San Isidro le habría facturado al PAMI $61 millones por venta de insumos y medicamentos para pacientes diabéticos de la obra social de los jubilados.
Este número llamó la atención de la Unidad Fiscal para la Investigación de delitos cometidos en el ámbito del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (UFI-PAMI) que está a cargo de Javier Arzubi Calvo.
Comenzó entonces una investigación que constató que el dueño de la farmacia “Añon”, Diego Nattero, presentó para cobrarle al PAMI -en sólo tres años- 56.807 recetas con prescripciones de medicamentos e insumos para diabéticos, especialmente insulinas y tiras reactivas.
Según los hallazgos de la investigación, se utilizaron más de 1900 afiliados para confeccionar las recetas apócrifas. Entre estos afiliados, había más de 200 que habían fallecido y decenas que no padecían diabetes. Se detectó que, además, siete médicos habían firmado más de 6000 prescripciones cada uno entre 2013 y 2016. La recetas eran falsas.
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