Eran las 20:00 del miércoles 20 cuando Priscila convulsionó. La bebé tenía fiebre y comenzó a tener dificultades para respirar. Su familia desesperada salió a la calle con la niña en brazos para ver si pasaba un patrullero mientras llamaban a la ambulancia.
Los dos empleados de la CELP que se encontraban trabajando en el Barrio Kennedy al escuchar los gritos no dudaron en ayudar. Rápidamente se acercaron, uno de ellos la tomó en brazos y comenzó a realizarle masajes. Priscila comenzó a respirar normal y a los pocos minutos llegó el SAME.
La niña fue atendida inmediatamente, le proporcionaron oxígeno mientras la trasladaban al hospital donde se recupera sin secuelas y está en observación. Se le practicaron estudios y análisis y su estado de salud es normal.
Ahora, la familia de Priscila Rodríguez quiere encontrar a esos dos ángeles vestidos de verde que fueron indispensables para que la bebe hoy se encuentre fuera de peligro.
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