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El 78% de los embarazos adolescentes son no intencionales

Los especialistas aseguran que el DIU o el implante subdérmico son los más efectivos para prevenir.

El embarazo no intencional es un problema de salud pública a nivel mundial, siendo el aborto, en condiciones inseguras, una de sus consecuencias, lo que lleva a un aumento de la mortalidad materna. Se estima que cada año 86 millones de mujeres en el mundo tienen embarazos no intencionales por no acceder a servicios de planificación y más del 30% no tiene satisfechas las necesidades contraconceptivos.

En nuestro país, el 78% de los embarazos adolescentes son no intencionales y en los últimos cinco años ese porcentaje se mantuvo estable. En virtud de estos datos, la problemática del embarazo adolescente en la Argentina y su prevención, fue el eje central del XX Congreso Internacional de Ginecología Infanto Juvenil.

En diálogo con la Dra. Marisa Labovsky (MN 84.376 / MP 223.074) Presidente de Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (SAGIJ) dijo que el objetivo del Congreso es trabajar en la prevención. “Creemos que es el momento de trabajar con los niños, niñas y adolescentes en prevenir, tanto en salud sexual y reproductiva, en embarazos, en infecciones, en abusos, como en crecimiento y desarrollo.”

La especialista mencionó que hay mucho desconocimiento de la población respecto de la variedad de métodos anticonceptivos disponibles y que son gratuitos, y de las leyes. “Desde el 2015, el Código Civil y Comercial dice que los chicos de 13 a 16 años pueden acceder a una consulta médica por sí mismos, sin necesidad de ser acompañados por un adulto, excepto, técnicas invasivas que puedan poner en riesgo su vida”.

En este punto, Labovsky aclaró que ciertos métodos contraceptivos, como la utilización de un DIU(dispositivo intrauterino) o la colocación de un implante, ya no se consideran invasivos, con lo cual, una adolescente menor de 16 años puede acceder a cualquier método de anticoncepción disponible por su propia decisión sin necesitar el consentimiento de sus padres.

En cuanto a las elevadas tasas de embarazos no intencionales, la ginecóloga se refirió a la falta de adherencia a los métodos anticonceptivos. “Los dos pilares fundamentales para tratar la adherencia son la educación sexual integral (ESI) y que los médicos sepamos que el método de primera elección es el de larga duración (LARCs), por su alta efectividad (99%), la continuidad en el uso y porque para suspenderlo tienen que hacer una consulta y eso facilita el diálogo con el profesional”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los LARCs como método de elección para adolescentes, porque son seguros y efectivos y son justamente las jóvenes quienes más necesitan seguridad y efectividad para evitar un embarazo no intencional.

Por su parte, la Dra. Sandra Vázquez (MN 71.926), Médica ginecóloga infanto juvenil y Directora Ejecutiva de FUSA (Centro de atención para la salud de adolescentes y jóvenes), habló sobre lo que lo que les preocupa a los padres y a los adolescentes respecto de su vida sexual. “A los chicos les interesa obtener placer a través del sexo, a sus familias les preocupa el cuidado que deben tener y a qué edad se inician”. La doctora hizo hincapié en que el rol de la familia es muy importante para los adolescentes, “si bien muchos tienen problema para tratar estos temas en la mesa familiar, es importante que sepan que los profesionales de la salud, las escuelas u otras entidades, pueden colaborar con el aprendizaje de una salud sexual y reproductiva sana, con contenidos de placer y de cuidados”, dijo.

En cuanto al alto riesgo que implica un embarazo adolescente, Vázquez aclaró: “Nosotros dividimos los embarazos en: mayores y menores de 15 años. El riesgo biológico se ve incrementado en las menores de 15 años porque no están todavía desarrolladas lo suficiente para que el embarazo tenga las características de uno propio de las mayores de quince”. En cambio, el riesgo es en general en toda la adolescencia respecto de las cuestiones sociales: la falta de continuidad en el circuito escolar, la falta de accesibilidad laboral cuando una adolescente ya es madre, entre otros. “Si bien no tenemos buenos indicadores, con las leyes que tenemos de ESI y de Salud Sexual y Procreación Responsable, y con la implementación del Plan Nacional de Disminución de Embarazo no intencional en adolescentes (ENIA) deberíamos a corto plazo bajar estos índices rápidamente”, dijo Vázquez.

Para la Dra. Sandra Magirena (MN 65.130), médica ginecóloga infanto juvenil, sexóloga y Miembro de SAGIJ (Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil), “si bien los adolescentes tienen mucho conocimiento debido a las nuevas tecnologías que permiten el fácil acceso a la información, todavía está faltando el nexo con la educación sexual integral para que el uso se haga de manera correcta”. La especialista comentó que, por lo general, los adolescentes abandonan el uso del preservativo y que la píldora anticonceptiva, el método más utilizado, suele tener altos porcentajes de fracaso por falla en la toma. Además, el consumo de sustancias, como la droga o el alcohol, también pueden modificar su efectividad y por eso se sigue teniendo dificultades con los embarazos no intencionales.

En cuanto a la anticoncepción de emergencia (la pastilla del día después), Magirena dijo: “Hay un mito circulando que dice que no se pueden tomar más de dos veces por el año, y no es cierto. No hay ningún problema que lo haga siempre dentro de las 24 ó 48 horas de producido el accidente con el preservativo para garantizar su efectividad, no es abortiva y no tiene contraindicaciones”.

La Dra. Gabriela Kosoy, Presidente de AMADA (Asociación Médica Argentina de Anticoncepción) dijo que hay más de 100 mil embarazos adolescentes por año. “Las armas para evitarlo y reducir las cifras, además de promover el uso de anticonceptivos de larga duración, y la educación sexual integral, es la doble protección sumando el preservativo para evitar además las enfermedades de transmisión sexual”.

Si bien las redes sociales son útiles para informarse, la Dra. Silvia Bonsergent, ex presidenta de AMADA, alertó sobre el peligro de situaciones como el grooming (engaño pederasta por internet). Para la Dra. Valeria Mulli, pediatra especialista en adolescencia y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), “el embarazo adolescente es también el resultado del abuso sexual, por lo general, del ámbito intrafamiliar”, por eso, coincide con sus colegas en que la educación sexual integral debe comenzar en la escuela primera infancia.

En 2017, se inició el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), entendiendo que un embarazo no buscado afecta el bienestar, la salud, y el desarrollo personal, oportunidades laborales y educación, profundiza las desigualdades sociales, y puede poner en riesgo la salud principalmente en niñas menores de 15 años. El plan es en conjunto del Ministerio de Salud y Desarrollo social y el Ministerio de Educación y se centra en el acceso a la salud sexual y reproductiva, la información y la prevención del abuso. La premisa es que “Cada adolescente tiene derecho a decidir cómo vivir su sexualidad en igualdad de oportunidades. Por eso, se ofrecen herramientas para que cuenten con información y disfruten de una sexualidad plena, segura y responsable”.

Hábitos sexuales y uso de anticonceptivos

En el Congreso se dieron a conocer los resultados de la encuesta “Hábitos sexuales y uso de anticonceptivos”, que exploró el conocimiento de las mujeres jóvenes de América Latina de entre 18 y 21 años, sus parejas y sus madres sobre la sexualidad en general, el uso de métodos anticonceptivos y la preocupación por el embarazo no intencional. Los resultados muestran que Argentina es el país en el que es mayor el porcentaje de adolescentes que inició sus relaciones sexuales antes de cumplir la mayoría de edad: el 57% de las chicas indicó como edad de inicio entre los 15 y los 17 años. La encuesta también incluyó a Brasil, Chile y México.

Según los datos recopilados, en esta etapa de la vida son las madres y no los profesionales de la salud el principal referente de las adolescentes a la hora de hablar sobre salud sexual y reproductiva: el 40% de las jóvenes argentinas dijo haber hablado con sus madres entre los 9 y los 15 años, sólo el 13% reconoció haber hablado con un médico (incluso menor que el porcentaje de charlas con amigos cercanos: 16%).

Pero los temas considerados relevantes no son los mismos para las adolescentes que para sus madres: mientras que al inicio de las relaciones sexuales de las jóvenes el 81% de sus madres quería hablar sobre la prevención del embarazo, el 77,6% de sus hijas consideraba más importante hablar sobre la prevención de ITS (Enfermedades de transmisión sexual). Más adelante, ya iniciadas las relaciones sexuales, el foco de interés se invierte: al 54% de las jóvenes le preocupa un embarazo, mientras que las ITS son la preocupación del 36% de las madres.

Las estadísticas dicen que casi 3 de cada 4 embarazos adolescentes en América latina y el Caribe no son buscados, y cerca de la mitad terminan en abortos. En Argentina, 109.000 adolescentes y 3.000 niñas menores de 15 años tienen un hijo o hija cada año, lo que representa el 15% de los nacimientos anuales. En los últimos 5 años este porcentaje se mantuvo estable. Así, en Argentina, 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años y 8 de cada 10 embarazos en niñas menores de 15 años no son intencionales.

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