A veces en Argentina no se toma dimensión de todo lo que genera Lionel Messi en el mundo. Mientras el 10 de la Selección le tiene que explicar a su hijo por qué lo critican tanto en su país, en el resto del planeta lo veneran. Incluso en Brasil, tierra de eterna rivalidad dentro del fútbol sudamericano, donde este viernes arranca la Copa América. Pero hay algunos brasileños que están más pendientes de Leo que del debut del equipo de Tite.
Uno de ellos es Washington, quien se puso la camiseta del Barcelona con la 10 en la espalda y recorrió 500 kilómetros, desde el sur de Bahía hasta Salvador, para poder ver a su ídolo. Viajó acompañado de su hijo, al que le puso Lionel, y cuando vio pasar a Messi con el micro de la Selección, no pudo contener las lágrimas.
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