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El desafío y el potencial del maíz tardío en Pergamino

El “paquete tecnológico” del cereal sembrado más tarde puede generar mejor estabilidad y rinde, así lo confirman los ensayos del INTA Pergamino.

En una entrevista con Clarín Rural, el especialista en nutrición de cultivos del grupo de manejo de cultivos de INTA Pergamino, Gustavo Ferraris expresó que inicialmente, el maíz tardío fue pensado como estrategia para estabilizar rendimientos en ambientes con restricciones colocando el período crítico de floración en una etapa más cómoda para el cultivo en campañas con poca agua. "Y esto se ha demostrado que es así, que el tardío tiene un piso de rendimientos más altos, que la prolongación de barbecho hasta diciembre permite una mayor acumulación de agua y nutrientes, particularmente nitrógeno, y la floración ocurre en una etapa con menores temperaturas y días más cortos lo que hace que sea más fácil cubrir el requerimiento hídrico".

"En donde estuvimos ensayando, en los buenos ambientes que generalmente no se le dan al maíz tardío porque son para las siembras tempranas, hemos obtenido rendimientos con cosecha mecánica de 14.000 kilos/hectárea que nos han sorprendido", contó Ferraris y agregó "Lo que queremos transmitir entonces es que, si bien para buenos ambientes, con napa, zonas con suelos Clase 1, o años de buenas precipitaciones, el maíz temprano va a seguir siendo la primera opción, no hay que perder de vista lo que puede dar el tardío que sorprende porque logra reunir estabilidad y buenos potenciales de rendimiento".

Cómo sería la estrategia

Cuando Ferraris propone darle importancia al tardío, "ponerle sus mejores ropas", se trata de darle un manejo similar al temprano en varios aspectos.

"Ya no se recomienda bajar la densidad, la cantidad de fertilizante aplicado puede que sea menor pero en realidad, es porque hay más nutrientes en el suelo, pero la cantidad de nitrógeno del suelo más el aporte de fertilizante deben sumar lo mismo que para siembras tempranas, sólo que, como habrá más en el suelo se va a necesitar agregar menos", empezó el referente del INTA Pergamino.

También hizo hincapié en la elección genética para la siembra tardía. "Es muy importante que el híbrido que se implante tenga un excelente comportamiento a vuelco, porque ese maíz pasa mucho tiempo en el campo ya maduro, con una mayor altura que el maíz temprano porque crece con mayores temperaturas, y entonces las posibilidades de vuelco aumentan considerablemente porque transita todo el otoño, una época húmeda y por eso debe tener fortalezas de raíces y caña", explicó.

También el paquete genético debe tener en cuenta que habrá una mayor presión de enfermedades porque transita un período más húmedo. Algunos casos de roya y tizón, también insectos.

El rango de cosecha es amplio en función de la preferencia del productor. Puede ser desde mediados de mayo con un nivel de humedad de 18% al 20% (lo que acarrea un costo de secado) de lo contrario se va hasta julio-agosto y ahí se busca cosecharlo más seco. "El maíz tardío lamentablemente llega a su madurez fisiológica temprano pero el secado es largo porque depende del ambiente, que por esos meses es bastante húmedo con pocas horas de sol", contó Ferraris.

Podría decirse que en ambientes con potencial por debajo de los 10.000 kilos por hectárea el tardío logra mejor desempeño. Sin embargo, Ferraris hace una salvedad: "No es lo mismo sembrar un tardío desde la latitud de Rosario-Pergamino-Venado Tuerto, al norte donde hay otoños muy húmedos, y hay poco riesgo de pérdida de potencial, que sembrarlo al sur y al oeste de la región pampeana donde las caídas de temperaturas y radiación durante el otoño son más pronunciadas y sí hay más riesgo de pérdida de potencial por restricciones".

Pero además de los ambientes en sí, hay otro factor que mueve la aguja después de la gran sequía de 2008/09. Ante pronósticos de años secos la decisión de hacer tardíos aumenta y llega a ser más del 50% de la superficie total de maíz. "En la actualidad como estamos en un periodo más húmedo, el productor se ha volcado acá a las siembras tempranas y la última campaña 2019/20 ha sido una relación de 70% de temprano y 30% tardío, pero ha llegado a ser al revés, 40-60 y creo que volvería a serlo ante un pronóstico de más seco", opinó Ferraris.

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