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“Es importante recordar de qué estamos hablando cuando hablamos de locura, autismo, discapacidad”

El reconocido psiquiatra infanto-juvenil Nahuel Zini explicó lo problemático de seguir reproduciendo diagnósticos de salud mental como adjetivos descalificativos e invitó a escuchar a las personas con discapacidad para desarticular estereotipos

Tras los desafortunados dichos y conceptos plasmados en un proyecto de una concejal de Juntos, en la pasada sesión del Concejo Deliberante, distintos representantes sociales, profesionales de la salud y autoridades de organizaciones vinculadas a la discapacidad manifestaron su repudio.

Teresa Caldentey, edil representante del oficialismo, presentó una propuesta para “para restablecer el normal servicio de abastecimiento de gasoil”.

Durante la lectura de su proyecto, expresó que “el gravísimo problema inflacionario, económico y de falta de infraestructura que padece la Argentina con un Estado autista al que solo le importa corregir a otros Estados”.

Entre los profesionales que alzaron su voz para explicar lo problemático de esta manifestación, se encuentra el psiquiatra infanto-juvenil Nahuel Zini.

Nacido en Pergamino y egresado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el profesional se especializó en el área de la salud mental en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el Hospital Infanto Juvenil “Dra. Carolina Tobar García”, para tratar con los más pequeños en esta área tan estigmatizada socialmente.

“Trabajó mucho con niños, niñas y adolescentes con discapacidad psicosocial. Y usar una discapacidad o padecimiento en salud mental como forma de caracterizar negativamente a otra persona, Gobierno o lo que sea, contribuye a reforzar las representaciones erróneas a la discapacidad”, aseguró Zini a PRIMERA PLANA.

Este uso de categorías diagnosticas de salud mental o incluso del área de la salud en general, en forma descalificatoria, no es algo nuevo ya que “idiota, imbécil, morón, son palabras que hoy son usadas como insulto sin saber ya que su origen proviene de categorías diagnosticas antiguas para nombrar la discapacidad intelectual”, advirtió.

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“Hace mucho tiempo que nadie en la televisión o radio se animaría a decirle mogólico a otra persona. Pero aun hoy seguimos usando las primeras para descalificar”, agregó.

En este sentido, el profesional precisó el punto problemático de naturalizar estas categorías como insultos: “La locura y es importante llamarla locura porque es como se caracteriza el padecimiento mental en la sociedad, se usa sistemáticamente para silenciar la voz de las personas con padecimientos mentales, y a su vez es usada como para desautorizar discursos antagónicos a los propios”. Y sostuvo que afirmaciones como “tal político o política es bipolar o autista”, según Zini, “pretenden desprestigiar o desautorizar al otro porque ¿Quién toma en serio a un o una loco o loca?”

En esta construcción, se establece “la capacidad” y “la locura” como asuntos separados. Pero en la realidad, Zini resaltó que “muchas personas, profesionales, deportistas, actores, con diagnósticos en salud mental han logrado destacarse en su campo así como otros/as sin diagnóstico”.

En los últimos años se realizaron muchas modificaciones políticas y jurídicas en torno a la locura y la discapacidad. La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD), la Ley Nacional de Salud Mental (LNSM) y la modificación del Código Civil.

“Estas leyes son el logro de la lucha de muchas organizaciones sociales, de derechos humanos, profesionales, personas usuarias y familiares que reclamaban un trato respetuoso y el reconocimiento de la capacidad de decidir, elegir y tomar decisiones; de ejercer sus derechos”, aseguró el facultativo.

“Pero las representaciones sociales hegemónicas en torno a locura y la discapacidad aún persisten y reproducen su asociación con lo anormal, lo peligroso, lo raro, lo malo. Quizás, lo llamativo de los últimos años, es el aumento del uso de las categorías del campo de la salud mental por parte de medios de comunicación y personas con responsabilidad política”, sentenció.

En consecuencia, Nahuel Zini expresó “es a partir de esto que me pareció importante realizar el posteo en mis redes sociales. La verdad es que esto no tiene que ver con un partido político o un medio de comunicación en particular sino con una sociedad plenamente capacitista. Necesitamos hacer un cambio cultural, adquirir perspectiva de discapacidad”.

Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, son los Estados los responsables de garantizar el acceso igualitario a las personas con discapacidad. Cuando estos discursos descalificatorios “vienen desde los propios representantes del estado es importante recordar de qué estamos hablando cuando hablamos de locura, autismo, discapacidad”.

Luego de su reflexión, el profesional en salud mental infanto-juvenil dejó una invitación a ciudadanía en general: “Los invito a buscar la voz de las personas con discapacidad; ya no de sus representantes.

“Es muy importante  garantizar el derecho de las personas con discapacidad a la libertad de expresión de ideas y opiniones sobre todos aquellos asuntos que les conciernan”, subrayó.

“Las personas con discapacidad pueden y quieren hablar de otros temas por fuera de la discapacidad.  La inclusión de estas voces permite desarticular estereotipos, ya que ayuda a visibilizar a la persona en su integridad y permite afianzar un enfoque de derechos humanos en el que se reconoce a las personas con discapacidad como sujetos de derecho”, concluyó Nahuel Zini a PRIMERA PLANA.

 

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