"La situación es algo parecido a escribir la obra mientras estamos sobre el escenario", la definición elegida por el presidente para graficar la situación de Argentina durante el comienzo de la pandemia tenía varias lecturas, y la improvisación que sospechamos en aquella frase finalmente se dio, esta vez manifestada con los jubilados.
Gente de 80 años parada durante más de cinco horas en un cola bancaria fue producto de la improvisación, promover que miles de personas se agrupen en las veredas de los bancos también lo fue. Anunciar de apuro la apertura anticipada de los mismos también fue producto de la nula planificación, y no contemplar que el débito y la tecnología no están tan presente en la vida de los jubilados argentinos también fue un error.
En Pergamino, como en el resto del país, miles de de abuelos debieron padecer una vez más la falta de respeto. PRIMERA PLANA realizó un recorrido por algunos bancos de la ciudad y en todos los casos la situación fue igual de penosa: Banco Provincia, Nación y Superville con 5 cuadras de cola, testimonios de gente que estaba desde las 4 de la mañana, gente que tras la espera no sabía si llegaba al interior antes de las 15 horas, ancianos con sus banquitos (en el algunos casos en sillas de rueda) y el enojo por falta de baños químicos fueron algunos de los reproches que con mayor frecuencia se escucharon.
¿No lo sabían? ¿No lo esperaban?. Si la mayoría de los viejos la pasa mal cobrando en término, ¿cómo preveían que llegaran cobrando casi 10 días más tarde?
La cuarentena fue violada, y los motivos de esa masiva decisión tiene que ver con el hambre y la necesidad, no con que querer hacer las cosas mal.
En este caso la necesidad pasó literalmente por arriba a los consejos médicos y las recomendaciones del Estado. El mismo Estado que los cuida y los expone al mismo tiempo. Aunque en este caso la improvisación se tornará peligrosa al originar comentarios basados en el sentido común con un peligroso potencial expansivo. "Estuve 20 días encerrado y aislado para que hoy me hagan venir junto a 800 viejos sin respetar ningún tipo de distancia entre sí para cobrar mi mísera jubilación que me debieron pagar hace una semana", decía Alberto en la cola del Banco Superville mientras miraba de reojo que nadie le usurpe su lugar en la desorganizada fila, al mismo tiempo que preguntaba, "¿Para qué sirvió tanto cuidado?".
Las órdenes del BCRA a las diferentes sucursales del todo el país nunca fueron precisas, o al menos nunca les quedaron claras a quienes debían, y eso contribuyó a más confusiones. Mientras el Secretario de La Bancaria Pergamino anunciaba en RADIO MÁS (FM 106.7) la apertura de bancos para los tres primeros días de la semana próxima, Sergio Palazzo, titular del mismo gremio a nivel nacional brindaba una conferencia improvisada sobre alguna vereda porteña anunciando que habrá actividad bancaria el sábado y el domingo. Tenía razón el presidente: "Es algo parecido a escribir la obra sobre el escenario".
Ahora, en este escribir sobre el escenario ¿a nadie se le ocurrió imprimir la tarjetas de débitos faltantes?. ¿Nadie pensó que el Correo Argentino está trabajando y tiene capacidad operativa para distribuirlas?. Pasaron 20 dias del decreto que estableció la cuarentena y a nadie se le ocurrió pensar en los jubilados que no operan con débito en Argentina. Que son pocos, dicen. Pero que son muchos, vemos.
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El sistema bancario argentino, con sus falencias y virtudes, ha demostrado una vez más ser el motor o uno de los motores más importantes de cualquier sistema económico, con poder para paralizar literalmente un país. Fueron los bancos, que aún con desorganización, quienes "les pusieron plata en el bolsillo a la gente" y los que tuvieron la suerte de cobrar pudieron comprar alimentos, medicinas y pagar algunas deudas.
El sistema bancario es tan poderoso que fue el único en el país que dejó sin sentido aquel "quedate en casa" que ordena el mismo Estado que los hace salir.
Parece incoherente pero también parece darle sentido a aquella frase de presidente: "Se escribe la obra mientras estamos en el escenario".
El autor es periodista. Conductor del programa "Pan y Circo" por RADIO MÁS (FM 106.7)
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