El entrañable Julio Medina fue dado de alta y llegó a su domicilio en Pergamino, el martes en horas de la tarde, después de 3 meses y 4 días de internación en la Clínica Provincial de Merlo.
El traslado se inició a las 11:30 hs. desde el centro de salud, en una ambulancia en la que viajó acompañado de su hermana, Virginia Medina: “Julio estaba muy emocionado”, aseguró a PRIMERA PLANA.
El proceso de recuperación de Julio continuará en su domicilio e implica que continúe realizándose curaciones en el injerto periódicamente, además de no exponerse al calor durante un año y medio.
“Puede hacer su vida normal pero no puede ponerse al sol ni a temperaturas altas. Así que tiene que andar con ropa de manga larga hasta que cicatrice todo y después si recuperará su vida de siempre”, señaló Virginia.
Además, deberá mantener el contacto con el cirujano de la clínica donde estuvo internado, a través de WhatsApp, para evaluar el progreso. “Hay que mandarle mensajes para ver cómo va cicatrizando la herida. El va a ir mandando indicaciones según la evolución y si no va a tener que ir a la clínica cada 15 días”, detalló la mujer.
La despedida de Julio en la clínica involucró a todo el personal de la institución, ya que su hermana precisó que “se despidió de todas las enfermeras y dejó saludos para todas las otras que no estaba presentes pero que lo asistieron durante estos tres meses. Una vez abajo, nos despedimos de los chicos de seguridad y cruzamos la puerta para retirarnos del nosocomio”.
En cuanto Julio volvió a ver la luz del día, tras 95 días de encierro, su hermana señaló que “se quedó un rato viendo la luz del día y dijo: ‘Que lindo, por fin veo el sol’. Después subimos a la ambulancia rumbo a Pergamino”. Luego, durante el viaje, iba contemplando todo a su alrededor, maravillado de retomar su vida cotidiana. “Iba sentado mirando por la ventana las calles, los autos y repetía: ‘Que lindo’, en varias oportunidades. Y cuando subimos a la ruta no lo podía creer que nos estamos yendo, mientras seguía fijo mirando todo por la ventana”, aseguró Virginia.
Los hermanos se tomaron fotos e hicieron videos durante el traslado en ambulancia, retratando la alegría de que Julio esté nuevamente sano y salvo.
Durante una parada, en General Rodríguez, a comprar comida e ir al baño, la mujer detalló que “Julio se quedó un rato sentado en la ambulancia viendo la gente pasar. También charlamos un rato y me dijo que estaba muy contento. Me dio las gracias por todo lo que hicimos mi hermana, sus amigos y yo por él”.
Los hermanos llegaron a Pergamino a las 16:00 hs. aproximadamente y lo primero que expresó Julio fue: ‘Hola mí Pergamino querido; acá volví. Me fui en camilla y hoy regreso caminado cómo Dios manda’.
En su casa lo esperaba su hermana María Rosa, sus amigos y su esposa, Amanda con su hijo Emilio, a quienes abrazó muy fuerte. “Charlamos sobre su paso por la clínica, tomamos mates y él mencionaba a cada rato que se sentía raro. Es hasta que caiga que otra vez está en su casa porque igual está muy contento de haber vuelto”, remarcó Virginia.
Con su hermano de regreso en la ciudad, ella expresó que “estoy muy feliz porque cuando fuimos a la clínica, el 9 de junio, prometí llevarlo a que me lo curen y que lo iba a traer de vuelta a Pergamino sano y salvo y así fue.
“Agradezco mucho a toda la gente que estuvo atrás de él, a sus amigos y a todo el equipo medico que lo atendió de mil maravillas”, resaltó. Y concluyó que “Julio volvió caminando y con todo ese ímpetu que tiene. Así que cumplí con mi palabra y estoy contenta porque no quería perderlo”.
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