• cielo claro
    27° 29 de Marzo de 2024
diego-enfermerajpg

La historia que hay detrás de..."Me cortaron las piernas"

Ayer se cumplió 25 años del doping del Diego en EE.UU 94. ¿Sabías que la famosa rubia que lo llevó al control nunca fue enfermera y la FIFA hasta le cambió el nombre para protegerla? ¡Y el que la mandó a buscar a Maradona fue un argentino! La historia detrás de una de las fotos más célebres de los mundiales.

Mariana Nannis insistía. Llamaba por teléfono a la concentración, cada vez más enojada, pidiendo hablar con su esposo. El Cani, como todo el plantel argentino, estaba en el show que los Midachi les ofrecían a los jugadores, en el subsuelo del Babson College de Boston. El 26 de junio de 1994, un día después del 2-1 ante Nigeria con los dos goles de Claudio Paul, todos sonreían en el bunker de la Selección.

Todos menos alguien: Julio Grondona. El presidente de la AFA bajó del comedor, que estaba en el primer piso, y llamó a Roberto Peidró, uno de los dos médicos del plantel (el otro era Ernesto Ugalde). “A Diego le dio positivo”, le dijo. Peidró se quedó helado. Mientras los Midachi hacían su show, el médico ya podía imaginar que nada sería igual...

Si se le pregunta a cualquier hincha por uno de los momentos más tristes de nuestro deporte, seguramente que el día del “me cortaron las piernas” del Diego figura en los primeros puestos. Aquel 25 de junio de 1994 (mañana se cumplen 25 años), la Selección dirigida por el Coco Basile conseguía su segundo triunfo en el Mundial (en el debut había goleado a Grecia). Todos recordamos aquella imagen, ya después del partido, cuando la famosa enfermera rubia entró al campo para llevar al Diego rumbo al antidoping y las tapas de los diarios del mundo.

Después de eso, Maradona nunca más jugó un Mundial y ni siquiera se puso ya la camiseta de la Selección. Después de eso, aquella rubia quedó como la cara de una conspiración para sacar al Diego -y Argentina- del Mundial. ¿Quién era esa rubia? ¿Por qué apareció en la cancha y nunca más se la vio?

El último Maradona (Editorial Aguilar), excelente libro de Andrés Burgo y Alejandro Wall, cuenta que la “enfermera” terminó al lado del Diego por una serie de casualidades. Había sido designada por la FIFA como auxiliar del control antidoping en Boston junto a otras tres mujeres. Y no solamente entraron para el Diego: en aquel Mundial era costumbre que cada jugador sorteado fuera escoltado al consultorio por un policía y una auxiliar. El nombre de la rubia es Sue Carpenter. Y no era enfermera. Trabajaba en la organización de eventos. Para ese Mundial, la FIFA la había designado como auxiliar en los controles antidoping en Boston.

Minutos antes de que finalizara el partido ante Nigeria, ella estaba en la boca del túnel al lado del médico argentino Peidró (el otro doc, Ugalde, estaba en el banco de suplentes). Peidró fue el que sacó las bolillas del control antidoping con los números 2 (Sergio Vázquez) y 10 (ya sabemos quién). El sorteo se había realizado en el entretiempo, pero, siguiendo el protocolo, las bolillas sacadas permanecieron guardadas en un sobre para, finalmente, mostrarse recién a los 30 minutos del segundo tiempo.

Ahí, en la boca del túnel, Sue Carpenter, de entonces 33 años, le contó al doctor Peidró que casualmente ella había estado casada con un argentino (de apellido Rodríguez) de Congreso, pero que nunca había tenido la posibilidad de viajar a nuestro país.

Ahí el médico le dijo: “Andá a buscar a Maradona. Así salís en la tapa de los diarios. Vení que le digo que le tocó el doping”. Avisado por el doctor, Diego le tendió la mano a la rubia y fue al doping. Y al muere. Antes, se acercó a las tribunas para festejar con la Claudia, que estaba con las nenas, los padres del Diego, el Profe Signorini y el físicoculturista Daniel Cerrini, quien le había dado las pastillas con efedrina.

“¿Sabés cómo la vacuno a ésta? Ahora me voy con ella”, le gritaba el Diego a la Claudia, entre risas. Maradona fue excluido del Mundial el jueves 30 (le dieron 15 meses). “Me cortaron las piernas”, dijo.

La FIFA, para cuidarla del asedio mediático, quiso proteger a Carpenter y le puso un nombre falso: Ingrid María. Dos años más tarde, en los Juegos de Atlanta, aquella rubia fue encargada del estadio de Birmingham. El Diego no la vacunó. Para muchos, los vacunados fuimos nosotros.

Si todavía no recibís las notificaciones de PRIMERA PLANA, mandanos un Whatsapp al 2477.506005 con la palabra ALTA y pasarás a formar parte de nuestra base de datos. ¿Más fácil? Hacé click en el siguiente enlace http://bit.ly/2tCrZxJ.

Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.