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La resiliencia política de Cachi Gutiérrez

Guillermo "Memo" García Por Guillermo "Memo" García | 30 de Octubre de 2018

El buen caudal de afiliados que decidió ir a votar el domingo, la armonía con la que se desarrolló el acto y la saludable posibilidad de volver a elegir autoridades cada dos años, son las primeros apuntes en la columna del Haber de las elecciones de la Unión Cívica Radical. Ganó uno que está acostumbrado a jugar este tipo de partidos. Ni más ni menos que Héctor "Cachi" Gutiérrez. Aunque la diferencia fue muy ajustada -menos del 7 por ciento-, los pronósticos de los que siguieron de cerca esta historia lo tenían claro.

Cachi se enfrentó a un adversario digno, a una lista prolija y a una noble administración del Partido. Quienes dejan la conducción del Comité honraron los valores del centenario Partido. Pero al mismo tiempo, Gutiérrez tuvo enfrente a un equipo de gestión, con roles relevantes en el actual Gobierno municipal, buscando consolidar a Cambiemos en el distrito y que encaró la campaña con un fuerte mensaje de necesidad de renovación y pluralidad.

Del otro lado, una estrategia definidamente vertical, una campaña sostenida en el peso propio del exintendente y exdiputado nacional, con una visión más crítica del Gobierno nacional y provincial. Y también con cuestionamientos válidos sobre la gestión local. A propósito, Cachi Gutiérrez denunció la intervención del aparato municipal en favor de la lista oficialista, con asistencia en la ciudad y principalmente en las localidades del Partido. Pero también sabía mejor que ninguno que aunque jugó paradas complicadas siempre la que viene es más difícil. Al punto de arriesgar su amplio camino recorrido y sintiendo la tensión natural de jugar su última carta.

Hablan que fue el primer militante, que se arremangó como en sus mejores épocas, que peleó el voto casa a casa y cara a cara y que aún desde su genética como dirigente, tuvo la madurez de reciclarse. Una especie de resiliencia política, esa capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límites, sobreponerse y salir fortalecido.

El contexto de estas elecciones radicales no permite apartar demasiado el presente del futuro. El resultado del domingo modifica el escenario político lugareño: pone a Cachi Gutiérrez, con todo lo que eso implica, otra vez arriba del escenario y en la mesa chica. Vuelve a ser actor protagónico.

El Radicalismo de Pergamino asume otra postura y el propio Cachi se viste otra vez de hombre fuerte en la Segunda Sección y emerge en la Provincia, reprochando en voz alta varias cuestiones a Cambiemos. ¿Cómo será el comportamiento de los concejales de raíz radical con este cambio de dirección de viento? ¿Cómo será la convivencia en Cambiemos? ¿Cómo se avanzará en las negociaciones en función que dentro de no mucho tiempo se deberán discutir candidaturas para un 2019 que se cae encima de todos?

Más que la necesidad, Gutiérrez tenía la obligación de ganar este partido. Incluso sin importar en que momento del juego convertía el gol y de qué forma. Aún el 1 a 0 sobre la hora valía el triunfo y eso era lo imprescindible.  Estaba obligado a conseguir el pasaje a la final, donde Gutiérrez mejor sabe jugar.

El autor es Jefe de Redacción del diario digital PRIMERA PLANA de Pergamino

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