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La Transparencia y Anticorrupción que no supimos conseguir

Maximiliano Brajer Por Maximiliano Brajer | 16 de Octubre de 2019

Una encuesta de la Universidad de San Andrés publicada el lunes ubica a la Corrupción como uno de los principales problemas que afectan hoy a los argentinos. Pergamino no debería estar exenta.

PRIMERA PLANA dio a conocer un primer paper conteniendo una aguda investigación periodística elaborada a partir de documentación de acceso público que pone al desnudo una posible trama de negociaciones llevadas a cabo desde el Municipio con erario público para con personas y sociedades que en tributo a la ley penal tienen vedada toda participación en la obra pública local. Para comprender la gravedad del asunto es necesario recordar que la sanción de la Ley de Ética Pública fue la resultante de la preocupación de los Estados latinoamericanos por los graves casos de corrupción que se venían sucediendo.

En aquel texto legal, se explicita que los funcionarios públicos se encuentran obligados a cumplir la CN y defender el sistema republicano y democrático de gobierno; desempeñarse con la observancia y respeto de los principios establecidas en dicha ley (honestidad, probidad, rectitud, buena fe y austeridad republicana) y velar en todos sus actos por los intereses del Estado, privilegiando de esa manera el interés público sobre el particular. Si contrastamos los referidos mandatos con el proceder que fuera puesto al descubierto, advertimos notables anomalías.

Además, dicha ley modificó el Código Penal en su artículo 265 que criminaliza las "negociaciones incompatibles con la función pública". Con la reforma, se agregó el párrafo que hace referencia al funcionario público que se interese en miras de un beneficio propio o de un tercero; y, así también, se establece una pena de prisión o reclusión de 1 (uno) a (6) seis años e inhabilitación especial perpetua.

La norma refiere a la conducta del funcionario que interviene interesándose, en razón de sus funciones, en cualquier contrato u operación. Claro está, se tiende a eliminar cualquier factor de perturbación de la imprescindible equidistancia que debe guardar el funcionario en los contratos y operaciones en que intervenga la administración, evitando incluso la simple sospecha de parcialidad, a la vez que procura poner cota a la codicia personal, que puede verse favorecida por la calidad en que actúa en aquellos negocios jurídicos. 

En la inteligencia aludida, no son pocas las aclaraciones que serán necesarias dar, si tenemos que quienes habrían sido clientes del Sr. Intendente  habrían pasado luego a ser beneficiarios directos de la tomas de decisión del primer mandatario municipal; incluso con multimillonarios beneficios.

El Sr. Intendente y el Partido al cual pertenece han hecho de su probidad y honestidad en la gestión una bandera. Sin embargo, y de lo recientemente reseñado, se obtendría que el mandatario no habría transitado por los carriles adecuados sino más bien por los arrabales de la legalidad. Aun así, el problema adicional es de si alguien le va a pedir o no explicaciones.

Ciertamente, durante la campaña previa a las P.A.S.O. junto al Dr. José Agudo fuimos enfáticos en la imperiosa necesidad de trabajar en materia de Transparencia y Anticorrupción en la gestión municipal explicitando una pléyade de medidas de impostergable asunción. A la vez, pusimos en evidencia que un déficit crucial del actual gobierno era su oscurantismo en la gestión, resultando uno de los pocos municipios de los 135 de la Provincia que se negaba a adherir a las medidas anticorrupción irradiadas desde el propio Gobierno de la Sra. Vidal.

Muy lamentable e inexplicablemente, post P.A.S.O, nadie comprendió a estos tópicos como de primera necesidad. No tengo dudas que estos gravísimos acontecimientos servirán para despabilar la modorra, en la inteligencia que detrás de un acto de corrupción se encuentra un nene que no come o un abuelo sin medicamentos. Es el momento, porque bien lo dijo Evita: "Los tibios, los indiferentes, los peronistas a medias, me dan asco. Me repugnan porque no tienen olor ni sabor".

El autor es Abogado y Co-Director del Centro de Estudios sobre Fraude y Anticorrupción de la UNNOBA.

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