La esposa de Drueta, dueño de una importante firma de catering, regresó el 19 de marzo pasado de Estados Unidos. Por esa razón, ambos debían cumplir cuarentena obligatoria en su departamento de las Torres Maui, un edificio de lujo de Rosario.
Al día siguiente, cuando además comenzó a implementarse la orden del presidente Alberto Fernández, el fiscal Gustavo Ponce Asad -a cargo de la unidad que investiga casos relacionados al Covid-19- notificó en persona al matrimonio que debía quedarse en su domicilio.
A Drueta pareció no importarle demasiado. Tan solo cinco días más tarde, fue denunciado por la guardia de su edificio y detenido por orden del fiscal Marcelo Vienna.
Este jueves, volvió a ser apresado pero esta vez el fiscal Asado ordenó que sea fue trasladado a una comisaría y acusado por un segundo delito: falsificación de documento público.
Con el aislamiento obligatorio, el empresario necesitaba una excusa para circular libremente por la vía pública: habría truchado un certificado de un hospital para poder transitar bajo el amparo de la excepción del decreto presidencial.
El documento afirma que el empresario de 62 años es mucamo del Hospital Provincial del Centenario.
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