La aprobación de Brasil para importar harina, pero no grano, generó polémica. Es porque se autorizó su comercialización efectiva en Argentina, debido a que en octubre del año pasado, el Ministerio de Agricultura estableció que la empresa Bioceres “deberá abstenerse de comercializar” el trigo HB4 “hasta tanto obtenga el permiso de importación en Brasil”, ya que es el principal comprador de trigo argentino.
Guillermo Folguera, biólogo, filósofo, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo a Pan&Circo de RADIO MÁS (FM 106.7), que “la información se maneja todavía de manera muy oscura. Como tiene un potencial de contaminación, se está despertando una polémica bastante alta desde lo social, lo sanitario y en cuanto a la capacidad productiva que podría afectar a otros cultivos lindantes”.
En cuanto a la cantidad de hectáreas que ocupará este cultivo, el profesional señaló que “nada de eso fue transparentado en términos informacionales, además está despertando bastante revuelo. Hay mercados que no quieren transgénicos mientras que Brasil lo aprueba porque es un gran consumidor del trigo argentino”.
A su vez, explicó que “el trigo transgénico HB4 tiene inserción de genes y tiene dos características en particular: dicen que tiene capacidad de crecer en situaciones de estrés hídrico y es resistente a un herbicida de alta toxicidad como el glifosinato de amonio”.
Lo conflictivo del caso es que el glifosinato de amonio es “un toxico más toxico que el propio glifosato. La misma empresa Bioceres decidió sacar su promoción porque era mala prensa. Dicen que no se va a usar, en un país que se sabe perfectamente que la mutilación de malezas y el intento por incrementar la productividad lleva a que lo herbicidas se usen en grandes cantidades”.
Según explicó Folguera, el trigo transgénico desarrollado por Bioceres “no tiene ningún estudio de los efectos en la salud ni a mediano ni a largo plaz, ni tampoco en temas ambientales”.
“Tampoco se ha hecho ningún comentario en relación a la contaminación cruzada entre el trigo transgénico y trigo común, ni hay ninguna mención a lo que significa el encarecimiento de los costos por la patente involucrada, de los propios herbicidas que se van a usar, de la multiplicación de las malezas, de los controles que van a cargar los pequeños productores o del incremento de la deforestación para aumentar la producción”.
Las posibles problemáticas que anticipó el investigador del CONICET y docente de la UBA dan cuenta de “toda una lógica en la que se beneficia una gran empresa gracias a un sector de la sociedad, sin hacerse cargo de ninguna de todas las consecuencias”.
En ese sentido, Guillermo Folguera sostuvo a RADIO MÁS (FM 106.7) que “parece que hay un norte en el cual lo único que parece importar es la patente y cierto imaginario de Argentina potencia mundial por hacer un producto tecnológico que no se había hecho hasta ahora”.
Así lo demostró el intendente municipal Javier Martínez, quién difundió un video en el que felicita a la empresa desarrolladora del trigo transgénico. “Quiero expresar mis felicitaciones a toda la familia de Bioceres por este importante logro obtenido en la aceptación de parte de Brasil de nuestro trigo tolerante a la sequía. Eso implica de un reconocimiento a nuestra innovación, a la tecnología, nuestra inteligencia aplicada al agro y tiene que ver con el futuro de los argentinos”, aseguró.
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