Por Por Guillermo Memo García | 28 de Diciembre de 2022
Durante la mañana de ayer sorprendió la noticia de la renuncia del presidente del bloque de concejales de Juntos, Pablo Ignacio Maiztegui, al cargo para el que resultó electo hace apenas un año y algunos pocos días de haber asumido.
Más allá de lo sorpresivo y repentino, ninguna explicación se ofreció respecto de los motivos de su decisión de abandonar la responsabilidad que le habían depositado los pergaminenses ya que fue la cara visible de la última elección legislativa, encabezando precisamente la lista de concejales del intendente municipal.
No constan argumentos en la escueta nota de renuncia, que se tratará en la sesión de mañana y sólo se sabe que ocupará un rol en el Departamento Ejecutivo.
La situación hace imaginar distintos escenarios que posiblemente hayan sido los causales de una decisión que sin dudas estaba planificada que se comuniqué formalmente a pocos días de la última sesión del año. Inclusive, la jugada de presentar una iniciativa de adhesión al proyecto de ley de la senadora bonaerense Nidia Moirano para la reducción de concejales en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires a la mitad, fue realizada con la ya determinación tomada de abandonar su banca a los pocos días.
Lo valioso y relevante a ésta altura es que si la convicción real de Maiztegui es reducir la cantidad de representantes legislativos, que atenta principalmente contras la minorías, no es “fulbito para la tribuna”, el futuro lugar en el Ejecutivo le permitirá trasladar su propuesta a los hechos y lograr comprimir algunas de las 10 secretarias que posee el Gobierno Municipal, con la variable de la enorme cantidad de cargos políticos -subsecretario, directores y coordinadores políticos, entre otros- que existen en la actualidad.
El intendente municipal posee la mayor cantidad de cargos designados y el “gasto político” mas alto -sin contemplar la jefatura de Gabinete que ocupó durante la primera gestión, Carlos Damián Pérez- de las últimas administraciones. La de Héctor “Cachi” Gutiérrez tuvo 5 secretarías y la de Omar Pacini, 8.
¿Por qué renunció Maiztegui?
Una de las conjeturas es que vuelva a encabezar la lista de postulantes a concejales el año próximo y al ser una elección ejecutiva, sería el reemplazo del intendente, en función que todo indica que Martínez va en busca de su tercer mandato. Y en el caso de ser elegido, podría renunciar o tomar licencia para ocupar un lugar en el Ejecutivo Provincial, Nacional e inclusive de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) -en tanto y en cuanto el PRO o Juntos se imponga en los próximos comicios-, imitando a su jefe político, Jorge Macri, que pasó de ser intendente del Partido bonaerense de Vicente López a jefe de Gabinete en la Capital Federal sin ningún disimulo.
Está claro que lo de Macri fue una jugada maquiavélica y desvirtuó la voluntad de una sociedad que elige algo que termina siendo absolutamente diferente.
Tampoco se puede dejar de evaluar que la última propuesta presentada por Maiztegui sobre la adhesión a un proyecto que no es de su autoría para reducir a la mitad el número de concejales fue solo consensuado con el intendente, desatando un malestar generalizado dentro del bloque que todavía preside, principalmente en los ediles radicales que hasta amenazaron con romper el bloque, dejando de manifiesto la poca o nula capacidad para el diálogo y el consenso en su propio espacio.
De algún modo, la apuesta individual de Maiztegui quedó expuesta en la postura de Walter Baccarini durante la misma sesión, que hizo mención a que ocupaba un lugar en el Concejo Deliberante solamente porque tenía un apellido conocido y que no tomaba conciencia de lo que representa un edil para los vecinos ni la representatividad que tiene la sociedad al querer disminuir el conjunto de legisladores, confundiendo groseramente cargos electivos con cargos políticos.
Otra parte del análisis es que podría ser el reemplazo de algún secretario de origen radical y en este caso, sería el comienzo del pase de facturas a los dirigentes que le prometieron al intendente seguir conduciendo los destinos del Comité de Distrito de la Unión Cívica Radical (UCR) y terminaron perdiendo la interna ante la oposición local partidaria.
¿A dónde va?
Varias son las suposiciones que se irán develando con el transcurrir de los días y que se tejen ante la falta de explicaciones de cara a la sociedad.
En definitiva, por el motivo que sea, deja en evidencia otra vez que para el intendente municipal, un concejal solo representa a alguien que cada 15 días participa de una sesión y levanta la mano -o deja de hacerlo- por su orden expresa.
La deducción es que parecería que el oficialismo no elige a sus concejales para representar al vecino, ni por lo que pueden brindar a la comunidad, ni por la capacidad que tengan, porque claramente permuta a quien encabezó su lista en las últimas elecciones y que además es presidente de bloque, por un concejal suplente sin el más mínima gesto de pudor.
Muchas veces y cada vez se advierte con mayor contundencia que los intereses de los proyectos individuales someten a los del conjunto y que los discursos políticos fenecen en el paredón de las conveniencias personales. Lo dejó dicho el expresidente Raúl Ricardo Alfonsín: “Tenemos un método: la democracia para la Argentina. Tenemos un combate: vencer a quienes desde adentro o desde afuera quieren impedir esa democracia”.
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