La ciudad y los medios deportivos que cubren el ascenso en la República Argentina se vieron convulsionados frente a la noticia que César “El Picante” Pereyra es nuevo refuerzo de Douglas Haig.
El “efecto Picante” hace recordar levemente, el “efecto Mostaza”-por Carlos Reinaldo Merlo- quién, en épocas de vacas gordas en la B Nacional, supo sacar del pozo al Fogonero.
Pereyra, recordado delantero por haberle marcado en la Promoción del 2011 uno de los goles al River de Juan José López y prácticamente condenarlo a jugar la segunda división del fútbol argentino, es la frutilla del postre de un Douglas Haig que se armó hasta los dientes: Ya contrató 16 jugadores.
Claro está que con semejante chapa, el delantero no es para nada barato y “El Milán” de Pergamino habría desembolsado una cifra superior a los 300 mil pesos mensuales para quedarse con sus servicios.
Desde los números futbolísticos, “El Picante” que tiene 40 años, en la última temporada, jugó 16 partidos de los cuales 10 entró desde el banco de suplentes, promediando en cancha 49 minutos por partido aproximadamente. Además, convirtió 2 goles, realizó una asistencia y le sacaron dos veces la tarjeta amarilla. Su equipo, Rocha Fútbol Club, culminó último en la segunda división del fútbol Uruguayo y descendió a la tercera.
Hoy, Douglas Haig cuenta con uno de los presupuestos más altos del Federal A, el cual ronda una cifra cercana a los 3.500.000 pesos mensuales. Es por esto, que los nuevos directivos de la institución ubicada en calle San Nicolas 44 abrocharon nada más y nada menos que casi un plantel completo de refuerzos, incluido Pereyra.
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