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Su papá no lo reconoció, pero después de 50 años encontró a su hermano y se hicieron inseparables

Mariano siente que con Alejandro se conocen de toda la vida. Después de intentar acercarse a su padre quince años atrás, hace ocho meses se abrió una cuenta en redes sociales y se contactó con su familia.

Hace algunos días, Alejandro conmovió a millones de personas en el programa Otra noche familiar que conduce Guido Kaczka, cuando dijo sobre su hermano Mariano: "Lo reconocí yo". El momento televisivo, que rápidamente se viralizó, era solo una pequeña parte de una historia familiar con décadas de desencuentros que hoy tiene como final, la unión de los hermanos Bavasso.

Alejandro y Mariano se conocieron hace siete meses, el feriado del 17 de agosto de 2018. Después de 50 años de no saber uno de la existencia del otro, un mensaje en las redes sociales los conectó. Les bastó un primer encuentro para volverse inseparables. "Somos hijos de distintas madres, pero la vida quiso que nos uniéramos", explica Alejandro.

Mariano creció sin saber quién era su padre. Solo sabía que su mamá lo había conocido en Radio Belgrano y que después de una relación de dos años, había nacido él. Le pidió durante décadas que le dijera el nombre hasta que hace quince años accedió a darle la información. "Mi señora lo buscó en la guía telefónica, se llamaba Pedro Bavasso. Lo contacté. Tuvimos una charla de 15 minutos que no fue muy buena y todo quedó como estaba", recuerda.

Sin lugar a dudas tenía la esperanza de verlo en persona pero Pedro no, y eso lo llenó de desilusión. "Sabía que tenía dos hermanos más porque me lo había dicho la persona que me dio el dato de mi padre, pero respeté su voluntad y dejé todo como estaba. Pasaron los años y cada tanto volvía a pensar en ellos".

Hace 8 meses, abrió una cuenta de Instagram y la necesidad de averiguar algo más sobre su familia lo llevó casi sin darse cuenta hasta Diego, uno de sus hermanos. "Le dije quién era, le expliqué cómo y dónde se habían conocido mi mamá con nuestro papáen 1967y él respondió de la mejor manera. También me consultó si ya había hablado con Alejandro y le dije que no, que él era la primera persona con la que me comunicaba".

Alejandro cuenta la historia del encuentro desde sus propias pérdidas familiares e ilusiones, al enterarse de la existencia de Mariano. "Ahora quedamos cuatro. Éramos cinco, pero mi hermana falleció hace un año después de una enfermedad muy larga. El año anterior nuestro padre, y hace dos mi madre. Cuando me enteré de que Mariano tenía mucho miedo de que finalmente no fuera mi sangre, tenía miedo de en medio de tanto dolor, este fuera un golpe más".

"De todos modos, me contacté lo mas rápido posible y lo llamé por teléfono. En cuento empezamos a hablar me di cuenta de que había algo. Al otro día lo llamé para invitarlo a casa. Apenas le dije, respondió que sí. Hasta que nos vimos, viví horas de una ansiedad increíble".

Alejandro, el mayor, nació en 1964 y ese mismo año se separaron sus padres. "Mi viejo era un tipo que se borraba de todos lados. Hizo pareja con la mamá de Mariano durante dos años, no lo quiso reconocer y finalmente se juntó con otra mujer".

Hace unos años, un día, durante una cena, Pedro les habló de otro hijo. "Mi viejo era un tipo superchistoso, de hacer bromas todo el tiempo. De diez cosas que decía, una era cierta. Una vez en la mesa nos lo dijo, pero fue un dato al pasar, no prestamos demasiada atención. Inclusive, mi hermana me comentó tiempo después de esta situación, pero todo quedó ahí".

Esa información adquirió sentido cuando llegó el primer mensaje de Mariano y más aún, cuando se conocieron personalmente. "Nos quedamos hablando nueve horas y se sintió como el reencuentro de una relación de toda la vida. Necesitaba en mi vida tener una conexión así de fuerte. Al poco tiempo organicé una reunión para que se conocieran todos, el "bava fest". Quería integrarlo a la familia y así pasó. Con Mariano (el más chico) que vive en Nueva Zelanda, se conocieron por video llamada. Allá está con su familia, tiene dos chicos. Nuestros sueño es ir todos juntos. Él nos espera, y sabe que algún momento vamos a ir".

Por la insistencia de amigos al tiempo de encontrarse se hicieron el examen de ADN. "Nosotros estábamos seguros de que llevábamos la misma sangre. Como tampoco dudamos de lo que sentíamos por el otro y de las ganas de ganarle al tiempo perdido, de construir la relación. En estos meses, generamos un vínculo muy fuerte. Nos fuimos juntos de vacaciones y pasamos las fiestas en familia".

Para Mariano la felicidad es inmensa, pese a la decisión que tomó su padre, él logró junto con sus hermanos ser una familia. Por eso, el 27 de septiembre de 2018 se tatuó el apellido que su padre no le dio en su momento y que recuperó. Ahora, no solo es un Bavasso que comparte la misma sangre, sino que además se lo tatuó en la piel.

El programa de Guido Kaczca y la historia que se hizo viral

Hace dos semanas, Alejandro y su hija estaban anotados para ir a participar del programa Otra noche familiar, el programa que conduce Guido Kaczka, pero a último momento la chica se arrepintió y Mariano, para "no dejarlo en banda" a su hermano le dijo que lo acompañaba. Cuando llegó su turno en el juego de preguntas y respuestas "La Selva", Guido los presentó como si fueran amigos y ahí fue cuando ellos revelaron la historia de amor y encuentro después de cinco décadas.

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