El trabajo de los perfumistas tiene mucho de alquimia y una buena dosis de misterio. ¿Cómo consiguen esos expertos reproducir las fragancias de la naturaleza y conjugarlas armoniosamente en un sutil elixir? Esos enigmas se maximizan al conocer el excéntrico plan de Michaël Moisseeff, que se describe a sí mismo como “escultor de aromas” y que ahora gana fama mundial por su más reciente creación: un perfume con el olor de la Luna.
Además, se espera que pronto comience a trabajar en la elaboración del perfume que habría emanado una de las figuras más reconocidas en la historia del arte, representada en una pintura celebérrima.
Moisseeff elabora su alquimia en un laboratorio ubicado al suroeste de Francia. Jamás ha pisado el satélite natural de la Tierra, al que Estados Unidos planea regresar hacia el año 2024. ¿Cómo consiguió, entonces, crear una fragancia lunar sin contar con pruebas directas de los aromas propios de aquel escenario?
“Para recrear el olor de un sotobosque, por ejemplo, en primer lugar hay que ir. ¿Acaso hay musgo? ¿Líquenes? ¿Humedad? Hago un inventario y reúno mis elementos, como un pintor con su paleta de colores, y luego trabajo en las proporciones para intentar afinar al máximo”, explica el francés de 66 años en declaraciones a la agencia AFP.
El perfumista bromea al decir que nadie ha estado dispuesto a pagar su viaje hasta la Luna para, allí, recoger las muestras que sirvan para su creación. En tanto, comenta que recurrió a descripciones que realizaron diferentes astronautas que estuvieron en el quinto satélite más grande del sistema solar.
Según explica Moisseeff, astronautas como el recordado Neil Armstrong no pudieron oler nada debido a la falta de oxígeno en la Luna, aunque cuando regresó al módulo sí pudo sentir el olor del polvo adherido a la escafandra.
Tal como contamos recientemente en esta nota, el polvillo es uno de los grandes protagonistas en el paisaje lunar. De hecho, la NASA promueve un concurso que procura encontrar soluciones para ese elemento, que se adhiere a los trajes de los astronautas y que puede causar daños en los equipamientos.
Ahora bien, ¿cuál es el aroma de aquel integrante fundamental en la Luna? De acuerdo al “escultor de aromas”, las descripciones coinciden en que el polvo lunar tiene un olor similar a la “pólvora quemada en los viejos rifles”.
Para conseguir reproducir ese aroma, el experto utilizó pólvora negra. Además añadió notas metálicas, sulfurosas y carbonosas que, según el reporte, provocan un cosquilleo en la nariz. "Un olor es cuando una molécula se une a un receptor en la mucosa olfativa, generando una señal que provocará una sensación", explica Moisseeff y añade que “esa sensación es absolutamente individual”.
“Con los olores ocurre como con la música, uno tiene que hacer sus escalas todo el tiempo”, sostiene.
“Este olor enigmático reproducido a partir de las descripciones de algunos astronautas recuerdan a aromas conocidos como la pólvora de los cañones o la ceniza de la chimenea, pero eso no quiere decir que haya esto sobre la Luna”, señaló el comunicador científico Xavier Penot.
El perfume lunar no es el único trabajo con notas excéntricas que emprende Moisseeff. De acuerdo a la fuente, su próximo desafío es reconstruir el aroma de la Gioconda, el perfume que circundaría al célebre personaje femenino dibujado por Leonardo da Vinci, con una sonrisa acaso tan enigmática como las fragancias del perfumista francés.
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