Ángel (41) y Brenda (20) se conocieron hace unos dos años, formaron una familia –junto a una pequeña de dos años y dos niños de 6 y 7- y piden ayuda. Viven desde hace 12 meses en el galpón que se encuentra atrás de la Estación de Trenes de San Nicolás. Se trata de cinco personas en situación de calle que no quieren eso para su vida.
“Quiero tener un trabajo estable para poder darle el pan a mi familia, un lugar digno para vivir o al menos unas placas para dividir el galpón porque se siente mucho el frío. Prendemos leña a la noche para pasarla. Somos una familia, la luchamos juntos, no queremos separarnos, al contrario, queremos estar siempre unidos y vivir mejor. Acá limpiamos el lugar, contratamos un contenedor para ir tirando la basura”, dijo él y aseguró que hace changas o sale a pedir, “pero nunca piden los chicos o ella”.
“No tenemos otra opción”
“El pueblo está todo mal. Sólo recibimos del Estado la Asignación por Hijo. Nada más. Bolsones de vez en cuando, pero tenemos que ir nosotros a rogar. El Padre Matías nos ofreció un lugar para que los chicos y ella duerman a la noche y yo, en otro, pero somos una familia, decidimos dormir juntos, vivir juntos. Antes vivíamos en una casa que nos habían autorizado pero después nos desalojaron. La Iglesia Dios es Amor nos dio garrafas. La gente a veces nos ayuda. Entendemos que este galpón es del ferrocarril, que es algo nacional, pero no tenemos otra opción”, consideró.
Brenda contó que ella pasó por varios lugares: “Soy nicoleña pero anduve por San Pedro, dormía en la Terminal, o en otro tiempo en una especie de pieza hecha de chapas y nylon”.
El modo de vida que llevan hoy es muy precario, con necesidades básicas de todo tipo, e implica importantes riesgos sobre todo para los niños. Buscan agua en la Terminal, con bidones. El sitio está completo de chapas oxidadas, de la misma construcción y la deficiente infraestructura, entre otras cosas. Sus habitantes improvisaron un espacio que funciona como baño, y contiene unas pocas pertenencias.
“Luchamos juntos”
Si la comunidad desea ayudarlos, todo lo que puedan acercar al mismo galpón será bienvenido. “Por mí no me preocupo, pero ella no tiene ropa ni los chicos. A veces cuando pedimos, no conseguimos nada, ni siquiera comida”, expresó Ángel.
“La gente critica sin saber, mucha gente se acercó a ayudarnos y otros nos critican. Seguiremos luchando en familia. Los chicos van a la escuela, pero a veces nos cuentan que sufren discriminación porque los otros chicos se burlan de ellos porque viven en un galpón. Nosotros nos consideramos un ejemplo para ellos porque luchamos juntos”, manifestó.
Él dijo que nació en Rusia y que su padre lo dejó con sus abuelos en Corrientes cuando tenía nueve meses. “Luego ellos se vinieron a Gobernador Castro. Como no se leer ni escribir, los patrones me jodieron, no heredé nada”, indicó y sumó: “Hago changas de carpintería, electricidad, albañilería. Podríamos ir de caseros si alguien nos diera la oportunidad”.
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