Una muerte absurda a las puertas de un shopping

El asesinato de Iván De San Segundo conmocionó ayer a una ciudad que parece inconmovible. Según se pudo reconstruir, el pibe de 18 años caminaba junto a unos amigos por las inmediaciones del shopping Alto Rosario, de Junín al 500, y por razones que aún no están establecidas se trenzaron en una pelea con otro grupo de muchachos. Eso ocurrió alrededor de las 22.30 sobre calle Rawson, a metros de Junín y frente al ingreso al supermercado Coto. En la pelea Iván recibió una herida de arma blanca y uno de sus amigos lo sacó del lugar en una moto. Pero recorrió poco más de 150 metros hasta que la víctima no pudo más y se desplomó sobre la calle. Aunque su amigo estaba convencido que le habían pegado una patada, la víctima tenía un puntazo a la altura de la axila izquierda. En medio de la desesperación de sus amigos, Iván agonizó a la vista de varias transeúntes mientras era socorrido por dos personas: un hombre que había salido del shopping para comprar cigarrillos y una mujer que esperaba el colectivo. Nadie quería cargar al herido hasta que uno de los amigos de Iván consiguió un taxi. Lo cargaron, lo llevaron al Hospital Centenario donde llegó muerto. Una pareja de amigos De San Segundo, en tanto, agarró la moto Honda Wave negra del muchacho y la llevó hasta la casa de la novia, en barrio Larrea. Ahí sólo dijeron que el pibe había sufrido un accidente.

El asesinato de Iván De San Segundo se vivió en distintos escenarios. El más emotivo y desgarrador fue en el Centro de Justicia Penal, donde los padres y la hermana del muchacho asesinado, partidos en mil pedazos, contaron su desgracia ante micrófonos y cámaras. La familia fue reconstruyendo los últimos momentos de la vida de Iván casi en paralelo con los pesquisas de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Fue poco lo que fueron sabiendo de boca de los amigos que acompañaron a Iván hasta la muerte. Este viernes a la tarde, sin embargo, tanto el taxista que lo llevó al hospital como el amigo que lo acompañó se presentaron en la fiscalía. “Las declaraciones están en reserva por medidas investigativas que se libraron”, indicaron desde la oficina de Comunicación del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

La aparición de Juan, un hombre que había ido a ver una película al complejo de cines del shopping, fue quien puso en contexto los últimos momentos con vida de De San Segundo. El hombre estaba mostrando el pase sanitario para reingresar al shopping luego de comprar cigarrillos cuando escuchó gritos. Giró su cabeza y vio como dos pibes caían como en cámara lenta con una moto frente al ingreso del Alto Rosario. Cuando escuchó los gritos desesperados del amigo de Iván, entendió que era algo más que dos borrachos que habían rodado.

“Escuché que el pibe le decía al de otra moto frená porque quiere vomitar. Y ahí vi como se cayó desvanecido. Pensé: «Uy, que mal están estos pibes». Pero cuando comencé a asistirlo me d cuenta que estaba bañado en sangre y que tenía la remera cortada. El amigo contó que se habían agarrado a trompadas una cuadra antes y que le habían pegado una patada”, rememoró. Casi al mismo tiempo de la llegada de Juan, Izabela, una muchacha que esperaba junto a su novio en la parada de colectivos de Junín y Rawson, corrió unos metros para colaborar. Ambos comenzaron a hacerle reanimación cardiopulmonar (RCP), mientras los morbosos de siempre grababan imágenes con sus celulares.

Iván de San Segundo tenía 18 años. Fue asesinado de una puñalada en el pecho la noche del jueves en la zona del shopping Alto Rosario.

Iván agonizaba. El amigo que lo llevaba en la moto corría tratando de parar un auto o un taxi. Nadie paró hasta que un tachero que llegaba a la dársena se detuvo. Tanto Juan como Izabela recomendaron esperar la ambulancia, pero el amigo estaba cegado por la desesperación. Entre los tres lo cargaron en el taxi y lo llevaron al Hospital Centenario, a más de 15 cuadras. Llegó muerto. “Ya en la puerta del shopping, el pibe estaba agonizando”, explicó Juan.

Juli, la hermana mayor de Iván, docente de profesión, fue la portavoz de la familia al encarar a los medios. “En un principio habían dicho que a mi hermano lo había agredido en el shopping El Portal, pero fue en el Alto. Se presentó un muchacho que cuando salía del cine vio que mi hermano iba en una moto con otra persona que manejaba y cuando cayó lo asistió. Iban dos motos con dos personas cada una. Cuando cae se da cuenta que Iván tenía un puntazo”, explicó la joven.

“Una vez que dejaron en el Centenario a mi hermano el taxista desapareció y el amigo también. Le pedimos al taxista por favor que se presente para saber qué fue lo que pasó”, dijo Juli. El papá de Iván también es taxista y la familia denunció que las cámaras de videovigilancia del hospital no funcionaban al momento del arribo del taxi que condujo a Iván. Nadie registró los datos de las personas que llevaron a De San Segundo a la guardia del Centenario.

Iván vivía con sus padres en inmediaciones de Garzón y French, en el límite de Empalme Graneros y Ludueña. Cursó hasta 2º año en el Complejo Educativo Francisco Gurruchaga. En su barrio todo era pesar y dolor. “Yo fui su técnico en Mercadito Social Lux, el club donde hizo todas las categorías”, dijo lagrimeando uno de los vecinos que se acercó al saber que un cronista buscaba información sobre el pibe asesinado. “No se puede vivir más así. Nos están matando los pibes”, reflexionó amargamente.

“Estamos hechos pedazos. Iván era amigo de mi hijo y de otros pibes de la cuadra. Un pibe mil puntos. De esos que no tenían problemas con nadie. Ayer (por el jueves), vino a comprar una gaseosa a la tarde y se quedó charlando con mi hijo”, contó una comerciante de la cuadra. “Lo que sabemos es que lo único que le robaron fue el celular”, explicó la mujer. “Trabajaba esporádicamente como delivery para Rapi”, contó una vecina.

Otra gente del barrio recordó que Iván estaba jugando futsal en Deportivo Unión Central, en “La carpita”, la pasión de barrio Industrial, como la denominan. La comisión directiva del club resolvió tres días de luto con suspensión de todas las actividades deportivas, recreativas y administrativas previstas por el asesinato de Iván y lo despidió con un “abrazo al cielo, Iván”.

Según pudo conocerse, Iván se comunicó con su mamá alrededor de las 19.40 y le dijo que estaba en La Florida (la zona del balneario) en su moto. Fue lo último que supieron de él hasta que al filo de la medianoche comenzó a circular la noticia de que había muerto. La Honda Wave del muchacho desapareció de la escena de su crimen. Alrededor de la medianoche una pareja llegó hasta la zona de R90, un sector de barrio Larrea ubicada a más de 50 cuadras del shopping, llevando la moto de Iván. Tocaron en la puerta de la casa de la novia del muchacho, con quien mantenía una relación de hace unos tres meses, y dejaron el rodado. “Lo que pasa es que Iván tuvo un accidente” dijeron y se fueron. La moto quedó en la casa de la chica y sus padres no reconocieron a la parejita que trasladó el vehículo ya que no eran del círculo íntimo de los novios.

Pasado el mediodía el área de criminalística de AIC comenzó a recibir imágenes de las cámaras de video seguridad que cubren unos 300 metros entre Echeverría y Junín y la dársena de taxis ubicada frente al ingreso al Alto Rosario. El fiscal Alejandro Ferlazzo y su gente buscan establecer que motivó la pelea en la que estuvo involucrado De San Segundo y determinar el RA del taxi que lo llevó al hospital.

Tras viralizarse el pedido desesperado que fue replicado por los medios de comunicación, voceros del MPA confirmaron a este diario que “en la tarde de hoy se tomó declaración al chico que venía con la víctima en la moto y al taxista que lo llevo hasta el Hospital Centenario” y aunque la información está en reserva por medidas ordenadas por el fiscal puede ser que lleve un poco de consuelo a la familia.