La planta depuradora de líquidos cloacales sufre un abandono que costará una inversión millonaria para volver a ponerla en funcionamiento.
Desde 2016 en adelante quedó relegada por completo, habilitando a la destrucción del lugar por reiterados robos y principalmente falta de mantenimiento.
El predio, ubicado en José Hernández, parece desolado ya que no tiene ningún tipo de seguridad que evite las pérdidas elevadas que tiene día tras día, a pesar de que existe una cooperativa conformada para las tareas de vigilancia.
Según los datos a los que pudo acceder a PRIMERA PLANA , no hay menos de 200 metros de caños sustraídos que conectan instalaciones esenciales del funcionamiento.
Esto dejó el tramo que va desde los biodigestores hasta las piletas de secado, sin cañerías y con las 24 llaves de las piletas destruidas.
Además, entre 80 y 90 llaves esclusas están desarmadas o directamente ya no existen. Tienen un valor aproximado de 50 mil pesos, son elaborados de bronce y necesarios en los biodigestores que a su vez tampoco cuentan con las rejas del perímetro debido a los robos.
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El lugar esta en ruinas. Los avances que se lograron parecen venir abajo, incluso desaparecieron un departamento de electromecánica del que se robaron hasta el techo de chapa. Los vestuarios ya no se conforman, faltan inodoros, duchas y puertas.
Con tal nivel de destrucción, se ve afectado directamente el proceso de funcionamiento de la planta depuradora. Porque los biodigestores procesan por un tiempo determinado los lodos de los residuos cloacales, llamados también “barros”. Y hoy no existe forma de llevar ni de enviarlo desde los sedimentadores primarios o digestores a la pileta de secado. ¿El resultado? Qué todo vaya sin ningún tipo de filtro y sin el tratamiento correspondiente al Arroyo Pergamino.
La planta ya no puede separar el líquido del sólido, quedando casi absolutamente obsoleta para la función que debe cumplir. Pero esta no es la única consecuencia del abandono ya que comenzar una reparación y puesta en marcha significa una inversión de un costo altísimo en la actualidad.
Hoy se sigue sin contemplar el daño en el medioambiente que provoca la falta de un tratamiento adecuado de los líquidos cloacales, lo que continúa poniendo en grave riesgo la salud de los pergaminenses.
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