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Atahualpa Yupanqui: 117 Años del Legado de un Ícono del Folklore Argentino

Este 31 de enero se cumplieron 117 años del nacimiento de Atahualpa Yupanqui, el trovador que llevó la música y la poesía argentina a cada rincón del mundo. Su obra trascendió el tiempo y las fronteras, convirtiéndose en símbolo de la identidad nacional y la voz de los paisajes, las luchas y las tradiciones del pueblo.

El Hombre y su Historia

Atahualpa Yupanqui, cuyo verdadero nombre era Héctor Roberto Chavero, nació en 1908 en Pergamino, Buenos Aires, aunque pasó su infancia en el campo, entre las provincias de Tucumán y Córdoba. Desde joven, la guitarra y la literatura fueron sus fieles compañeras, elementos que marcarían su destino como cantautor y poeta.

Su seudónimo, que en quechua significa "el que viene de tierras lejanas para decir algo", anticipaba su misión: cantar la esencia profunda del pueblo argentino y latinoamericano. Sus canciones no solo describen el paisaje, sino que también denuncian las injusticias sociales y rescatan la voz de los olvidados.

 

Un Legado Inmortal

Obras como "Luna Tucumana", "Los Hermanos", "Duerme Negrito" y "El Arriero" forman parte del cancionero popular argentino y son interpretadas por artistas de diversas generaciones. Su maestría en la guitarra, combinada con una poesía sencilla pero profunda, lo convirtió en un referente indiscutido del folklore.

Además de su talento musical, Yupanqui también fue un prolífico escritor. En su libro "El canto del viento", reflexiona sobre su vida, la música y su visión del mundo, dejando un testimonio invaluable de su pensamiento.

 

Persecución y Exilio

Su compromiso con las causas populares lo llevó a enfrentarse con los gobiernos de turno, especialmente en la época de la dictadura militar. Perseguido y censurado, tuvo que exiliarse en varios momentos de su vida, especialmente en Francia, donde encontró en Edith Piaf una aliada que lo ayudó a difundir su arte en Europa.

 

Vigencia y Reconocimiento

A pesar de su fallecimiento en 1992, su música sigue más viva que nunca. Sus letras continúan siendo fuente de inspiración y sus melodías resuenan en festivales, peñas y encuentros de folklore en todo el país.

Hoy, a 117 años de su nacimiento, Atahualpa Yupanqui sigue siendo un faro de la cultura argentina. Recordarlo es también celebrar la riqueza de nuestra música y la fuerza de un mensaje que, con guitarra en mano, supo desafiar el olvido y la injusticia.

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