De la trayectoria del profesor Hugo Adrián Ramallo poco más que ideas elogiosas se pueden mencionar.
Es un formador de cantantes desde sus agrupaciones musicales, una verdadera vanguardia en la música coral de la provincia.
Director de Cultura durante la gestión del intendente Alcides Sequeiro, también de uno de los centros asistenciales más importantes de la ciudad como lo es el tradicional “Mi Casa” y actualmente trabajando con sus alumnas y alumnos de siempre en coros.
Ramallo, una referencia indiscutible de la ciudad y la Provincia, tambièn es una parte de la historia más acertada de la música coral argentina.
- ¿Cuándo decide dejar de trabajar como profesor de Educación Física y dedicarse a la música coral?
- Me recibí de Maestro Normal Nacional en la vieja Escuela de Uriburu y 9 de Julio en 1963 y de Profesor Nacional de Educación Física en el Instituto de San Fernando en 1967. Fueron dos actividades que me marcaron y aún reúnen recuerdos y realidades en un frondoso árbol...
De chico y adolescente comencé cantando y rascando la guitarra, tanto en la primaria (Escuela Nº 1) como en la secundaria.
Solo o con compañeros, formando dúos, grupos y hasta coros colegiales, para lo cual mis experiencias venían del viejo Coro Polifónico de Bellas Artes que dirigía la querida Rosita Fusco.
En el ‘68 y sin dejar de guitarrear, trabajé mucho en Educación Física en escuelas y clubes, compartiendo ambas actividades con bastante esfuerzo.
El militarismo de los ‘60 me expulsó de mis trabajos de Educación Física en establecimientos educacionales y ello me llevó a dedicarme un poco más a la parte musical e ingresando de a poco a lo coral. En 1983, al regreso de la democracia, me reintegraron los cargos que me habían sacado y bueno, se me armó un gran problema de horarios y actividades, y en 1986 me decidí por lo coral definitivamente. Aún continúo y con jubilación encima
- El gran semillero que generó fue desde el Coro de Niños y Jóvenes ¿Cómo nació y su evolucionó?
- Teníamos con mi amigo Angel Concilio una especia de Academia de Folklore, donde enseñábamos a los chicos a rascar la guitarra y cantar canciones. Fue por los 70 y un día Ángel me dice: “Negro, vamos a formar un coro de niños”. Y nos largamos reuniendo a nuestros alumnos, allá en el Club Compañía. Debutamos en 1974 con el querido Coro de Niños que nunca dejó de funcionar, el año
que viene celebrará sus Bodas de Oro y muchos de sus primeros integrantes aún cantan, solos o en coros. Es una de las agrupaciones de voces iguales más antiguas del país con un extenso recorrido en la Argentina y actividad en España, Francia, México, Brasil, Chile, Uruguay; reconocido como elenco municipal en 1976.
-¿Cómo podríamos sintetizar su paso por la dirección de Cultura y la del Centro Asistencial “Mi Casa”?
Muy significativa para mi vida fue trabajar en el área de Cultura en las tres gestiones municipales de Alcides Sequeiro. Aprendí mucho, pude concretar una gran diversidad de actividades en todas las expresiones artísticas que se desarrollan en la ciudad y el Partido, con la gran ayuda de los mismos artistas que forman un enriquecedor grupo para la vida cultural de Pergamino. Proseguí con modelos de mis antecesores y dejé material para mis sucesores.
En el Centro Asistencial “Mi Casa” -nombre original, hoy CEC nº 801- ingresé en 1970 como profe de Educación Física. Había sido creado en 1966 y su primer plantel directivo y docente estableció una impronta inigualable en este tipo de establecimientos, pertenecientes a la DGCyE de la provincia, en relación a la forma de atender niños provenientes de barriadas suburbanas y con algunas carencias alimentarias, educativas, afectivas. Fue el primero en su género en la ciudad, en su vieja casona de calle Florida y hoy en un moderno edificio en el barrio Kennedy.
- ¿Cómo surge la Cantata Yupanquiana en la que logró reunir al Coro Femenino y a grandes voces de la canción local?
- La Cantata Yupanquiana surge como una iniciativa primera de musicalizar una hermosa obra dedicada a Nenette, esposa de Don Ata. Puse en contacto al compositor Marcelo Valva con el Coya Chavero -hijo de Yupanqui- y de esa juntada nació la idea de una obra más representativa con el formato de cantata. El Coro Femenino, responsable de su estreno está integrado por cantantes que han pasado, en distintas épocas, por el Coro Municipal de Niños y Jóvenes. A ellas se suman músicos prestigiosos de nuestra ciudad, como Demián Santucho en flauta traversa, Eduardo Cruz en contrabajo, Fernando Morales en guitarra criolla, Matito Vercellino en percusión y el mismo autor, Marcelo Valva como pianista. Pablo Delorenzini será el tenor solista y actúa como narradores Bernardo Ramallo y Silvia Perrone.
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