Un grupo de vecinos manifestó su malestar por las recientes intervenciones en la Plaza 9 de Julio, uno de los espacios públicos más antiguos de Pergamino y, según destacan, la única que aún conserva sus farolas originales, de notable valor patrimonial y estético.
“Recién pasé por la 9 de Julio, la única plaza que conserva sus farolas originales de bello diseño y alto valor patrimonial. Tal parece que los buenos para nada se han propuesto destruir la historia para ‘poner en valor’, como le llaman a sus atrocidades”, expresó un frentista visiblemente indignado.
Los reclamos apuntan a que si bien la incorporación de luces LED podría mejorar la iluminación del paseo, no sería necesario intervenir ni dañar las piezas históricas que datan de varias décadas atrás. “Está bien sumar tecnología, pero no a costa de perder lo poco que queda en pie”, añadieron.
Los vecinos recuerdan que años atrás ya hubo un intento de retirar las farolas y que una movilización vecinal logró impedirlo. “Nos costó mucho conservarlas, y ahora otra vez parecen querer avanzar sin medir las consecuencias. Con el cuento de ‘modernizar’, estas reliquias pueden terminar en algún country o en la casa quinta de nuestros funcionarios”, advirtieron con ironía y preocupación.
La Plaza 9 de Julio, ubicada en el corazón del casco histórico, representa uno de los últimos rincones donde todavía se percibe la identidad arquitectónica original de Pergamino. Por eso, quienes defienden su preservación reclaman que toda intervención respete su valor histórico y cultural, y que se escuche la voz de la comunidad antes de modificar elementos que forman parte del patrimonio urbano.
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