Hubo un tiempo en el que conectarse a internet era toda una ceremonia. El sonido del módem dial-up marcaba el inicio de largas horas frente a la pantalla, mientras esperábamos ansiosos que nuestras listas de contactos se llenaran de luces verdes en MSN Messenger.
O más adelante, cuando los primeros smartphones nos abrieron las puertas a un mundo digital que apenas comenzaba a tomar forma. Eran días en los que las redes sociales no solo eran plataformas, sino verdaderos refugios donde compartíamos fotos pixeladas, estados de ánimo y mensajes llenos de emoticones que hoy parecen reliquias.
Sin embargo, como todo en la tecnología, lo que alguna vez fue indispensable quedó atrás. Y las aplicaciones no son la excepción: por diferentes motivos, ya sea que los usuarios dejaron de entrar, migraron a otras plataformas o fueron absorbidas por otras empresas, muchas de estas redes dejaron de existir.
Para recordarlas, estas son cuatro de las más importantes y más populares apps de redes sociales que dejaron de funcionar en los últimos años:
Fue el rey indiscutible de la mensajería instantánea durante los años 2000. ¿Quién no recuerda personalizar su estado con frases melancólicas o cambiar su nombre con códigos extraños para mandar indirectas a algún contacto? ¿O cuando alguien se desconectaba y volvía muchas veces seguidas para llamar la atención?
MSN Messenger era más que una aplicación: era el lugar donde nacían amistades, romances y hasta discusiones. Y fue uno de los primeros programas de mensajería instantánea que comenzaron a usarse en ambientes laborales. Con la llegada de WhatsApp, y principalmente el boom del Messenger de Facebook, Microsoft decidió incorporarlo a Skype y luego darle de baja en 2013 y dejó un vacío en el corazón de toda una generación.
Google+ nació como el intento ambicioso (y algo forzado) del gigante tecnológico por competir con Facebook. Aunque al principio atrajo a algunos usuarios curiosos gracias a su integración con otros servicios de Google, nunca logró despegar realmente. Tras varios problemas relacionados con la privacidad y una falta generalizada de interés, Google+ cerró sus puertas definitivamente en 2019.
Antes de Instagram, existió Fotolog. Esta plataforma era el lugar perfecto para compartir una foto al día (sí, solo una) y acompañarla con textos reflexivos o letras de canciones emo. Fue especialmente popular en América Latina y España, donde esta verdadera red social se convirtió en un lugar de encuentro y pertenencia para toda una generación. De hecho, creó una tribu urbana, los floggers, de peinados raros y ropa colorida, fueron furor allá por la década de 2010, e incluso unos años antes.
Su diseño precario, pocas actualizaciones y la popularidad de otras plataformas 2.0, como Flickr e Instagram, lo llevaron al abandono, luego al olvido y cerró definitivamente en 2016.
En 2013 llegó Vine, una plataforma revolucionaria que nos enseñó que seis segundos eran suficientes para contar una historia o hacernos reír a carcajadas. Fue la cuna de muchos creadores de contenido que hoy triunfan en otras plataformas como YouTube o TikTok. La app fue adquirida por Twitter y después de unos años, problemas financieros y la feroz competencia cerró finalmente en 2016. Aunque breve, Vine dejó un legado imborrable en la cultura digital.
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