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CENS 451: dejar una huella para ayudar al prójimo

Alumnos de una escuela secundaria de adultos desarrollaron un proyecto para ayudar a los más necesitados, ahora buscan donaciones para un comedor del barrio Belgrano y van a acompañar los festejos del día de la niñez, “no vamos a ser la solución a los problemas del mundo pero es nuestro granito de arena”.

El proyecto solidario surge en el marco de la materia “Diseño de proyectos sociales” a cargo de la docente Miriam Centurión en tercer año del Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS) N°451 que funciona en el edificio de la Escuela Primaria N° 53 de calle Balboa.

Los alumnos de tercer año, fueron más allá y se compenetraron con seguir ayudando, incluso cuando la docente estuvo ausente por uso de licencia ellos continuaron visitando el comedor y colaborando.

Su directora Soledad Llop, nos abrió las puertas de la institución y muy gentilmente y pudimos conocer de primera mano cómo se gestó esta cruzada solidaria por parte de los alumnos.

Reunidos con los encargados del comedor, quien tomó la palabra, en primer lugar fue Walter Bienzobas uno de los alumnos de la institución quien ya  venía colaborando de manera particular con ellos y tuvo la iniciativa de ayudarlos.

“Cuando tuvimos la materia con Miriam que se armaron los proyectos yo quise ayudar nuevamente al comedor para el primer cuatrimestre alguno de los chicos empezó a ayudar, otros tenían otros proyectos pero al cabo de dos semanas o tres el ochenta por ciento de mis compañeros se unieron al proyecto, nos ayudaron y empezamos a buscar mercadería: polenta fideo, papa, cebolla, ropa, calzado, todo para lo que ellos necesitaban”, comentó.

Con respecto al comedor con el que están colaborando, el mismo se encuentra en el Barrio Belgrano y en esta oportunidad, se están poniendo en campaña para conseguir donaciones para el día de la niñez como juguetes, jugos, masitas y caramelos para la celebración que realizarán este domingo.

“Ahora estamos con el proyecto para el día del niño para juntar juguetes y darles de comer, pero no son niños solamente”.

“Ellos les dan los viernes a personas mayores junto con padres y abuelos. La comunidad que asiste al comedor es de ciento sesenta personas” relatan los alumnos.

Pablo, uno de los alumnos que recientemente se recibió de barbero, se ofreció solidariamente para cortar el pelo a los niños y adultos que asisten al comedor.

A su vez, varios alumnos como Micaela, Lucas, Marina, Natalia, fueron y ayudaron a cocinar en el lugar donde funciona el comedor y merendero, “hicieron trescientos panqueques con una cocinita y una garrafa” relata Miriam, la docente del grupo.

Lucas reconoce que “es muy grato participar y poder ayudar. Tenemos llena el alma de poder colaborar con lo que sea” y la respuesta de quienes asisten al comedor es “siempre una sonrisa”.

Cada uno colabora como puede y algunos se encargan de conseguir donaciones. Rosa, otra de las alumnas,  cuenta que consiguió un lavarropas para el comedor. “Lo que a veces no puedo es ir a ayudar pero siempre estoy dándoles algo, lo que pueda, ropa o calzado y colchones”.

Una de las alumnas, también tuvo la idea de gestionar recursos a través del municipio pero les informaron que debían tener una personería jurídica para acceder a una ayuda provincial o nacional  y que sin eso no se puede acceder a dichos recursos. Por eso también otro objetivo para los alumnos es averiguar cómo se gestiona una personería jurídica y ayudar a iniciar los trámites.

“Los chicos se han encontrado con muchas realidades, pero una realidad más fuerte son ellos, con un trabajo de hormiga, de día a día, vinieron una primera vez, nos contaron y todo lo que necesitaban, de un viernes a un lunes estaba” relató Miriam, la docente del grupo.

 

“Ahora tenemos siento sesenta”

El comedor de Bety y Juan Jorquera se encuentra en el pasaje Las Piedras, en el corazón del barrio Belgrano “de ellos estamos súper agradecidos porque nos han dado una mano bárbara. Porque nosotros dos solamente estamos en el comedor”,  expresaron; reconociendo la labor de los alumnos.

Además explicaron sobre el funcionamiento del lugar, los miércoles hace las veces de merendero y el viernes funciona como comedor. Aunque se manejan entregando viandas que en ambos casos la gente del barrio se lleva por cuestiones de espacio físico.

“Antes de la pandemia, teníamos ochenta, ahora tenemos ciento sesenta” relata Bety y cuenta que lo que más le conmovió de la ayuda de los alumnos del CENS N°451, “es que vayan a ayudarnos, estar con nosotros, porque nunca lo habíamos visto”.

“En noviembre cumplimos nueve años y en este tiempo nadie nos había ido a ayudar. Solo una vez y no fueron más” recordaron.

Por otra parte, Miriam destacó que los alumnos convirtieron la ayuda en algo cotidiano y que “no van obligados”.

 

Donaciones

El comedor solamente subsiste por el propio aporte de sus encargados o por las donaciones que recibe de la comunidad y actualmente es el único que continúa trabajando de manera activa en el barrio. Para poder atender todas las necesidades estarían necesitando otra cocina y una garrafa. Con respecto a ese pedido, uno de los alumnos relató algo que les ocurrió: “Intentamos juntar para comprar una garrafa y por ahí ellos necesitaban mercadería y de eso sacábamos” y fue por eso que no pudieron llegar a adquirirla.

Bety, asimismo, contó que solamente “recibimos sesenta mil pesos de acción social” para las ciento sesenta personas que asisten.

Por otra parte, se refirió a todos los prejuicios que existen en torno a la función social y comunitaria que cumplen los comedores y merenderos en los barrios populares “cuando salió en los medios que las personas de los comedores lucrábamos yo personalmente me puse mal porque ellos  (los alumnos) ven que yo me pongo desde las dos de la tarde, que termino mi trabajo hasta las ocho y media que termino todo y me pongo a hacer las cosas en persona. No estoy lucrando, al contrario, estoy poniendo y lo que  consigo voy y lo pongo. Eso que se dijo fue muy injusto” reflexionó.

 

Otros proyectos

En el marco de la materia, en el cuatrimestre anterior hubo alumnos que también desarrollaron otros proyectos como Rosa y Rita quienes realizaron  un proyecto para colaborar con el hogar de ancianas del “Hogar de Jesús” para el cual recorrieron toda la Avenida Juan B Justo de punta a punta. Asimismo Marcelo, comentó su idea de un proyecto a futuro de colaborar con donaciones para el área de pediatría del Hospital San José. También tienen pendiente ayudar pintando un Jardín de Infantes.

“No vamos a ser la solución a los problemas del mundo pero es nuestro granito de arena” analizó Miriam Centurión.

 

Mensaje al resto de la gente

Desde el grupo, expresaron un importante mensaje a la comunidad y es “que se animen porque esto reconforta el alma”,

Walter, al mismo tiempo reconoció: “me siento con el alma repleta por poder dar una mano

“No hay que ser desconfiados ni generar discordia, hay que ir y hacer. Hay que cortar con la paranoia de que todo es corrupto. Hay que salir y hacer y cuando salís te encontrás un montón de realidades” reflexionó Miriam

Por otra parte, Micaela comentó: “Estoy muy emocionada. Vinimos a la escuela y nunca pensé que iba a haber una materia así. Nunca pensé que iba a llegar a tanto. Y ver lo que pudimos formar es algo que me hace sentir muy cómoda, no tengo palabras”.

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