“No hagamos de la ciudad un basural”. Así, sin rodeos, el Municipio de Arrecifes decidió marcar un límite ante una situación que se repite cada semana: residuos tirados en la vía pública, en lugares donde claramente no corresponde.
El problema va más allá de lo estético. Cada microbasural que se forma en distintos puntos de la ciudad debe ser retirado por trabajadores municipales. Y eso implica tiempo, dinero y personal que podría destinarse a mejorar otros servicios esenciales.
La advertencia no es nueva, pero esta vez viene con más énfasis. Desde el Municipio insisten en que no hay excusas: los residuos deben dejarse en canastos o contenedores, respetando los horarios y días establecidos.
“Es un llamado de atención a quienes actúan de forma desaprensiva”, remarcaron en un comunicado. El objetivo es claro: cuidar la ciudad entre todos y evitar que unos pocos afecten la calidad de vida del resto.
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