La Justicia Penal de La Plata sentenció a 20 años de prisión al urólogo Pablo Colaci, tras ser encontrado culpable de catorce casos de abusos sexuales gravemente ultrajantes. El veredicto de culpable dado por juicio por jurado ciudadano se convirtió así en la grave pena impuesta por la magistrada del caso.
El urólogo fue encontrado autor responsable de 14 hechos de abuso sexual gravemente ultrajante, varios contra menores de edad.
En la audiencia de cesura la fiscal Helena de la Cruz pidió la máxima pena temporal establecida en el Código Penal argentino: 50 años de prisión.
Por su parte los defensores Gabriel Mendy y José Luis Villada alegaron que se trata de un mismo delito continuado y que ante ese esquema la escala penal oscila entre 4 y 10 años de prisión, por lo que solicitaron que se dé por acabada la pena con los seis años de prisión preventiva que lleva cumplidos y se dicte la inmediata libertad del médico.
Tras escuchar a las partes la jueza Silvia Hoerr, integrante del Tribunal Oral Criminal II de La Plata, dispuso una condena de 20 años de prisión.
Como se afirma más arriba, el médico lleva 6 años tras las rejas, y le resta un buen tramo para poder acceder a salidas transitorias.
Las acusaciones fueron hechas en 2018 por 18 pacientes. Según informaron las víctimas, los ataques ocurrían en su consultorio. Con el avance de la investigación la Justicia solo obtuvo material de 15 casos.
Sobre el cierre del juicio, la fiscal Helena De La Cruz sostuvo durante varias audiencias que los actos cometidos por Colaci constituyen un abuso sexual.
En esa misma línea, la abogada Andrea Mattassich, que representa a una denunciante, expresó que, al momento del abuso, su clienta era menor de edad. De esta manera, resaltó también el sufrimiento y el trauma experimentado por la joven.
En relación con el caso, los defensores del médico, Gabriel Mendy y José Luis Villada, habían planteado que las acusaciones contra Colaci “no tienen los fundamentos necesarios para dictaminar una condena”.
Sobre el final del juicio oral, el ahora condenado afirmó: “Siempre respeté a mis pacientes”.
“Visualicé la medicina como un camino para dar todo por el paciente, estar siempre a su disposición, mientras mantenía una constante investigación y actualización profesional”, aseguró, y concluyó con los ojos llenos de lágrimas: “Nada más lejos de mi intención que buscar placer con mis pacientes”.
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