Uno de los argumentos para la tala de eucaliptus del parque, por parte de Diego Basanta, Director del Espacio de Arbolado Público y Espacios Verdes de la Municipalidad de Pergamino es la plantación de nuevos ejemplares de árboles enmarcados en el plan de reforestación impulsado por él, lo que ha generado frustración entre los vecinos ya que no es un argumento firme. En sucesivas entrevistas públicas ha mencionado que uno de los tipos de árboles colocados alrededor del gimnasio municipal es el arce tridente y otro, el plátano. Aunque el proyecto busca embellecer y mejorar la calidad de vida urbana, la realidad es que muchos árboles, tardarán décadas en alcanzar su tamaño completo.
El arce tridente, conocido por su hermoso follaje otoñal, puede tardar hasta veinte años en alcanzar su altura máxima de diez a quince metros. Del mismo modo, los plátanos, que pueden llegar a medir hasta cuarenta metros de altura, requieren un tiempo considerable para crecer completamente. Esta demora, demuestra que esta falta de planificación seria y a largo plazo no tiene el objetivo de fortalecer el arbolado público.
Los arboles plantados, la mayoría secos y con un ínfimo penacho de hojas tienen actualmente un tronco de un centímetro y medio, muy lejos del metro o metro y medio de tronco que había logrado el eucaliptus de más de setenta años.
Esto representa una importante falta de previsibilidad del municipio, especialmente a raíz del caso Dominga Herrera, ocurrido en abril del 2023 en el parque cuando un árbol cayó sobre una mujer la cual falleció. Claramente, durante toda la gestión de Martinez no había habido mantenimiento del arbolado que ya venía deteriorado por fuertes vientos, pedradas y tormentas.
El plan de reforestación del que habla Basanta que comenzó apenas hace siete meses, y que los últimos ejemplares fueron plantados hace apenas dos, termina siendo una respuesta desesperada a partir de la tragedia de Herrera producida principalmente a causa del abandono y falta de cuidado que derivó en acciones inéditas y urgentes por parte del municipio. Una de ellas fue volver a reunir al concejo de arbolado público, realizar el censo de arbolado y extraer ejemplares secos además de reactivar el registro de podadores con personal ídoneo. Acciones que no se hubiesen realizado si el municipio no era alertado por un caso como el de Herrera. Actualmente el ombú que se cobró la vida de Dominga, y que sigue siendo peligroso, fue apuntalado con un caño de hierro que sostiene la rama pero no fue talado. Si se temía por un idéntico peligro con los eucaliptus se podrían haber apuntalado sus ramas secas en lugar de talarlos.
La comunidad ha expresado su preocupación al respecto de la reciente tala de estos añejos eucaliptus en el parque municipal que ha sido objeto de críticas por falta de conocimiento técnico de quien la mandó a realizar ya que no estaban decrépitos como se dijo. Su tronco naranja por dentro que se puede observar, demuestra eso y hasta se aprecia como volvieron a crecer ramas con hojas en lo que quedó del tronco talado.
Los vecinos del barrio y los habitantes de la zona cercana al parque municipal, esperan ver resultados más rápidos y no tener que estar esperando veinte años para disfrutar de la sombra de un árbol. Quizá esta política podría haber sido implementada por Martinez al inicio de su gestión para tener las condiciones dadas hoy, a diez años de la misma.
Por otro lado, el plano de la pista de atletismo ya contempla árboles en el anillo externo y las gradas que se van a colocar estarían pegadas a la pista, por lo tanto no se termina de comprender la decisión tomada que pareciera más un capricho que otra cosa.
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