Ya pisando noviembre, se reportaron temperaturas de mas de 30º en la Ciudad de Buenos Aires, lo que augura un verano caluroso. Si bien todavía seguimos en primavera, es importante comenzar a tomar recaudos para cuidar nuestra salud y prevenir malestares provocados por descuidos bajo el sol. Sin embargo, no alcanza con tomar agua o ponerse protector solar.
Optar por deportes acuáticos como la natación, el surf o el remo es ideal, ya que permiten mantenerse fresco mientras se hace ejercicio. También sugieren el senderismo en áreas boscosas o montañosas, donde las temperaturas suelen ser más bajas. Correr, caminar o andar en bicicleta también son buenas opciones, siempre que se tomen en cuenta las condiciones climáticas y se actúe con prudencia.
Es preferible hacer ejercicio temprano a la mañana, entre las seis y las diez, o al final del día, a partir de las ocho de la noche. Estos horarios suelen ser más frescos, reduciendo el riesgo de golpes de calor. Aunque hacer ejercicio tarde puede ser beneficioso, podría causar problemas para dormir en algunas personas. En caso de practicar deporte en un lugar cerrado y climatizado, la hora del día no importa tanto.
Si es necesario hacer deporte al aire libre durante las horas más calurosas, se recomienda un proceso de adaptación gradual al calor con sesiones de 30 a 60 minutos, utilizar toallas mojadas para refrescarse, hidratarse adecuadamente y estar atentos a los signos de golpes de calor. También se aconseja proteger la piel del sol y los rayos ultravioleta.
Usar ropa ligera, de colores claros y transpirable es ideal. Materiales como el algodón o las telas deportivas que permiten la evaporación del sudor son los más recomendados. Los expertos también sugieren el uso de gorras o sombreros y calzado deportivo transpirable y cómodo. Es fundamental evitar el uso de sandalias para hacer deporte y siempre usar medias con el calzado.
Antes de realizar ejercicio de alta intensidad, es esencial tener las reservas energéticas llenas, ingiriendo alimentos ricos en hidratos de carbono de lenta absorción, como frutas, cereales y arroz, entre una y dos horas antes de la actividad. Se recomienda evitar comidas pesadas. Frutas como la sandía y la ciruela, y verduras como la berenjena y el tomate, son perfectas para hidratar el organismo y facilitar la digestión.
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