La sorpresa inicial dió paso al desconcierto y, finalmente, a la indignación, cuando la propietaria de una vivienda situada en Avenida Alsina al 2500 llegó ayer por la mañana y se encontró con una escena digna de una mudanza, pero sin su consentimiento.
Un grupo de delincuentes ingresaron a la propiedad tras violentar la puerta principal y, con una organización digna de profesionales, se llevaron prácticamente todo lo que encontraron a su paso.
Entre los objetos sustraídos figuran electrodomésticos de gran tamaño, herramientas eléctricas y hasta cinco garrafas de gas, en lo que parece haber sido un saqueo meticuloso y planificado.
Según lo aportado por la damnificada, el botín incluyó una impresora, una máquina de coser, un horno eléctrico, un televisor de 32 pulgadas, un microondas, cinco reflectores, una motosierra, una hidrolavadora, un destornillador y una sierra circular, entre otros elementos.
En esta oportunidad y analizando el nivel de delincuencia en la ciudad, no se trataría de un robo al voleo.
La cantidad y variedad de elementos sustraídos hacen suponer que los ladrones contaban con un vehículo para transportarlos.
Los investigadores dispusieron las diligencias de rigor y se procura si las cámaras de seguridad de la zona pudieron haber registrado algún movimiento sospechoso.
Mientras tanto, la dueña de la finca enfrenta una incómoda realidad: su casa no fue saqueada, sino literalmente desvalijada.
No se descarta ninguna hipótesis, pero los vecinos ya sacaron sus propias conclusiones. “No dejaron nada, parecía que se estaban mudando”, aseveró uno de ellos con resignación, a pesar de que mencionaron no haber visto ni oído nada.
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