En un nuevo capítulo de la narrativa impulsada por algunos sectores libertarios, un afiche promocionando un conversatorio organizado por “Docentes por la Libertad” captó la atención, pero no precisamente por su contenido académico, sino por los graves errores de ortografía y las contradicciones inherentes a su discurso.
Este evento, en el que se aborda el adoctrinamiento y la llamada "batalla cultural", refleja una alarmante falta de rigor que contrasta con las aspiraciones de quienes se proclaman defensores de la libertad y el pensamiento crítico.
Errores en el flyer
Desde el uso incorrecto de términos hasta faltas básicas de ortografía, el afiche exhibe problemas que denotan poca preparación académica:
"Envestida ideológica": El término correcto es "embestida". Este error evidencia un desconocimiento elemental del idioma español.
"VIERNES 20 DICIEMBRE": falta la preposición "de". Debería decir "20 de diciembre".
Uso de comillas innecesarias: palabras como y “Batalla cultural” aparecen entre comillas y con mayúscula , lo que genera confusión y un tono irónico inapropiado.
Estos deslices no son meros detalles, sino síntomas de un problema más profundo: la falta de formación y precisión en un espacio que pretende denunciar el “adoctrinamiento” y reivindicar la educación crítica.
Este conversatorio, promovido por la agrupación “Docentes por la Libertad”, se presenta como una instancia para “superar la envestida ideológica” en el ámbito educativo. Sin embargo, la propia organización posee un marcado sesgo ideológico que contradice su retórica de neutralidad.
El discurso libertario que domina esta actividad es impulsado por referentes como Javier Milei, quien, mientras critica con vehemencia el “adoctrinamiento” en las escuelas, apoya espacios donde proliferan dogmas autoritarios y referencias retóricas que evocan al fascismo italiano de la década del 30.
El tono del evento y su mensaje se alinean más con una cruzada ideológica que con un debate genuino. En lugar de fomentar la diversidad de pensamiento, promueven un monólogo unidimensional que enarbola una "libertad" condicionada por el dogmatismo.
El orador, Ezequiel D. Montenegro, se presenta como conferencista liberal y ensayista político, pero el marco de su presentación parece carecer de sustancia académica sólida. Esto, combinado con los errores del afiche, plantea dudas sobre la calidad de los argumentos que se expondrán en el conversatorio.
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