Laura Caruso, vecina de la localidad de Rancagua, decidió dar a conocer la situación que viene padeciendo a pocos metros de donde vive, en un predio perteneciente a la empresa estatal ARSAT, donde las tareas de fumigación vienen sucediendo todos los meses desde la temporada de verano. “Vienen, cortan el pasto, fumigan y se van”, denunció.
El espacio se encuentra ubicado en el corazón del pueblo, en la misma manzana de la delegación municipal, a 200 metros del Jardín de Infantes y a 3 cuadras de la escuela. Además, se ubica al lado del tanque de agua que abastece a todo el pueblo.
“En temporada de invierno no vienen, pero a partir de septiembre arrancan de nuevo. Lo vienen haciendo mensualmente a partir de septiembre del año pasado”, aseguró a PRIMERA PLANA.
Cuando Laura Caruso vio cómo fumigaban los pastizales con agroquímicos, se acercó hasta el operario que se encontraba realizando la aplicación de herbicidas. “Los enfrenté ya una vez y me dijeron que ellos eran contratados y yo a esto le respondí que independientemente de si son o no contratados no se puede fumigar porque cualquier tipo de ‘matayuyo’ es perjudicial”, indicó.
Luego de esta situación, la vecina decidió seguir el curso correspondiente, informando la problemática a las autoridades y realizó la denuncia, conociendo que se estaba incurriendo en una actividad ilegal y que, de acuerdo a la ordenanza vigente, no se están respetando las distancias permitidas para realizar la aplicación de agroquímicos. La respuesta no fue la esperada: “en el momento que me respondieron así me fui a hablar con el delegado y me dijo que era problema ‘de Nación’, ya que ARSAT pertenece a Nación y que lo hablara con Alberto (Fernández), refiriéndose al presidente. Obviamente que me estaba tomando el pelo”, reveló la mujer.
Además, la vecina añadió que el propio delegado llamó al policía que presta servicio en el pueblo para que la atienda de manera personal, pero le resultó incómodo: “en ese momento, el delegado lo llamó al policía de acá, de Rancagua y le dijo ‘Raúl, ahí está Laura que dice que están fumigando, fíjate’, pero yo no tengo una confianza con el policía como para llamarlo por el nombre de pila”.
No obstante, Caruso expresó que decidió radicar la denuncia en la Policía Federal y si bien la llamaron para ampliar su denuncia no obtuvo mayor respuesta: “Después de esto hice la denuncia en la Justicia Federal, pero sigue todo igual; a nadie le importó”, subrayó.
Así, la vecina resaltó su preocupación sobre la situación que padece la comunidad de Rancagua: “ellos avisan cuando vienen, ya que lo tienen que hace por la alarma que suena si se meten. Tiene conocimiento de la situación tanto la delegación como la policía, pero no hacen nada y no sé con qué están fumigando. No sé qué producto es, lo único que sé es que no se puede fumigar. Ellos lo hacen con barbijo y pienso que si lo aplican con barbijo significa que es tóxico y si lo es para ellos también lo es para el resto de los que estamos alrededor que no tenemos barbijo”, puntualizó. Y alertó que “no toman en cuenta la deriva producida por el viento, ni tampoco que no se debe fumigar a 500 metros del casco urbano, porque por más que sea una fumigación si mata a un pasto o una hormiga es veneno”.
Laura Caruso, por último, dejó en claro su postura con respecto a la situación que se vive al abordar las problemáticas en la localidad del Partido de Pergamino. “Desde acá no hay nadie que se ocupe y la gente piensa mucho en ‘no te metas’ o ‘si hablas lo haces vos sola, pero es importante que se sepa que las cosas no están tan bien en Rancagua”, remarcó a PRIMERA PLANA.
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