Rasuk inició la conversación destacando la situación crítica del sector, que se ve directamente afectado por estas medidas.
Rasuk subrayó que la baja de impuestos a los productos importados coloca a los productores locales en una clara desventaja competitiva. Afirmó que, a pesar de la intención de fomentar la competencia, la realidad es que las empresas nacionales no han experimentado una disminución similar en sus costos, lo que hace que competir en igualdad de condiciones sea prácticamente imposible. "El gobierno debe entender que primero se deben reducir los impuestos internos antes de pensar en abrir el mercado a productos extranjeros", afirmó, enfatizando la necesidad de medidas equitativas.
Otro punto que mencionó fue la carga tributaria que enfrentan los confeccionistas argentinos, que es excesivamente alta. Rasuk explicó que los costos de producción son abrumadores, lo que limita su capacidad para fijar precios competitivos frente a productos importados de países donde los costos laborales son significativamente inferiores. "En algunos casos, los empleados en el extranjero pueden costar solo una fracción de lo que pagamos aquí, lo cual se traduce en un aumento de las dificultades para mantener la producción local", indicó.
Rasuk también abordó el impacto que esta situación podría tener en el empleo, advirtiendo que la baja de impuestos a productos importados podría resultar en ajustes en costos y en la mano de obra. "Estamos al límite; la incertidumbre en el sector puede llevar a despidos y a una reducción en la inversión, lo que solo profundizaría la crisis en la industria", aseguró.
A pesar de que las medidas del gobierno se presentan como beneficiosas para el consumidor, Rasuk cuestionó si, en la práctica, realmente se traducirán en precios más bajos en los mostradores. "Observamos que, aunque los productos importados puedan llegar a ser más económicos, eso no garantiza que los precios en el mercado local bajen en la misma proporción”, afirmó.
Por último, Rasuk reiteró la importancia de continuar el diálogo con el gobierno y buscar soluciones que permitan a los confeccionistas locales no solo sobrevivir, sino también prosperar en un mercado lleno de desafíos. Su mensaje final fue claro: "Es fundamental que trabajemos juntos para encontrar un camino que beneficie tanto a los consumidores como a los productores locales, porque al final del día, todos salimos perdiendo con políticas que no consideran la realidad de nuestra industria".
Esta entrevista refleja las tensiones y desafíos que enfrenta el sector de confección en Pergamino, y señala la urgencia de una respuesta efectiva del gobierno para salvaguardar la producción local y los empleos en la región.
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