Desde hace meses, se espera respuestas a su pedido de acceso a información pública. Ni más ni menos que conocer quién firmó, cómo se certificó y cuánto cobraron las empresas cooperativas que abandonaron las obras con la excusa de la “suspensión de la obra pública”, que en varios casos se utilizó como atajo para confundir.
El ejemplo más cruel y costoso ha sido el de Grupo ALFA en las 84 viviendas y el barrio Nuestro Sueño. Ahora el nombre es INDHAL SRL:
Hubo que esperar a la Rendición de Cuentas para saber, tal como se presumía, de qué manera el Gobierno local firmó una remisión de 153.683.343,35 de pesos en concepto de anticipo para el comienzo de la obra.
Ese día, los funcionarios llegaron al predio lindero al Corralón municipal para mostrar la tarea de “movimiento de suelo”. Apenitas una capa de tosca y 150 millones al bolsillo de Indhal. Allí se iba a construir la Escuela Técnica Profesional.
Al igual que con los nombres y trabajadores monotributistas o con planes sociales de Alfa, 8 de Diciembre y Apco, esta empresa logró certificar tareas que nunca realizó y, por supuesto, cobró por ello.
Ni el Concejo Deliberante ni la justicia han dicho aún una sola palabra respecto al dinero girado desde el Gobierno nacional y provincial.
Desde noviembre todo está parado por un cambio de gobierno que en la ciudad no cambió de manos, en la provincia tampoco y que sólo tiene a Javier Milei como nuevo presidente con la obra pública cancelada.
Además del jefe comunal, Cecilio Salazar, aparecen en la foto Raúl Alberto Di Clemente, Socio Gerente de la empresa Indhal S.R.L; el secretario de Obras, Planeamiento y Catastro, Javier Silva; el secretario Coordinador del Consejo Provincial de Educación y Trabajo, Alan Ocampo y Ariel Villanueva, representante de la empresa.
El dinero prometido por el Gobierno nacional llegó al Municipio y desde allí “derechito al bolsillo” antes del 10 de diciembre de 2023.
Entre otras promesas, estaba la apertura de una calle que divida al Corralón municipal del predio de El Fortín, como acceso de los alumnos a una escuela.
Las fotos de aquel día ilustran a la perfección cuánto se puede simular para enterrar 153 millones en una capa de tosca y dentro de un container en el que colgaron los planos del nuevo espacio educativo.
Las gestiones que se hicieron ante el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, tuvieron su primer resultado en septiembre de 2023 con la llegada del dinero.
Faltaban pocos días para las elecciones generales y sólo alcanzó para el anuncio que prometía que esa escuela tendrá una orientación “hacia la economía del conocimiento, con especialización en robótica, tecnologías 4.0 y programación, de gran relevancia en el desarrollo de la oferta educativa”.
Casi en simultáneo, se adjudicó la construcción del Jardín de Infantes de la Escuela Normal en otro predio y con la misma empresa.
Hasta la fecha no hay denuncias por el incumplimiento del contrato ni novedades sobre la empresa a cargo. Era una cantidad de dinero importante, ahora ya devaluado, aunque aún así representan 171.190 dólares a la cotización oficial, que bien podrían sostener alguna obra de cloacas, agua potable o reparaciones en los establecimientos educativos.
La Opinión aguarda la información que pidió y una explicación a la ciudadanía sobre los motivos por los cuales, al igual que en otras obras el dinero, los materiales y las empresas desaparecieron.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.
