Entre las postales más decadentes, la plaza principal del pueblo muestra los mismos problemas que otras obras. Desde que el Gobierno decidió destinar parte del dinero ahorrado por los sampedrinos en el Fondo de Obras Públicas Comunitarias que se recauda en cada factura de luz, no se ha podido acceder al certificado de obra que -como tantas otras- quedó en manos de los trabajadores que prestaban servicios en empresas cooperativas como ALFA y 8 de diciembre.
El martes por la mañana, Lilí Berardi se sorprendió con la presencia de trabajadores municipales que intentan reparar la fuente central. Una pieza únicá, histórica y de valor patrimonial que requiere de tratamiento especial.
Allí grabó imágenes y relató las distintas etapas de la plaza principal de la ciudar con diseño de Carlos Thais que es una de las imágenes identitarias del lugar que también se eligió para emplazar el monumento al General San Martín.
Hace pocas semanas la placa de mármol con el texto del preámbulo de la Constitución nacional cayó y se quebró cuando un niño que jugaba en el lugar quedó herido y fue trasladado al Hospital. Hasta el momento no ha sido repuesta.
El estado general de esas dos manzanas dista mucho de aquella plaza con canteros verdes, flores, pequeños arbustos, caminos de polvo de ladrillo, baldosones rectangulares bordeados de pasto y árboles longevos que supo apadrinar la empresa Arcor durante varios años pagando un cuidador, el sistema de riego y la puesta en valor paisajístico que hoy se extraña. Las deficiencias están a la vista.
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