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La batalla de Cepeda de 1820

El 1° de febrero de 1820 en los campos de Pergamino se libró la batalla de Cepeda que tuvo consecuencias en la historia nacional.

A lo largo de la extensa historia del Partido de Pergamino fueron numerosos los hechos bélicos que se produjeron en esta región nor-pampa. Entre esas acciones por el grado de conflictualidad y por las consecuencias se destaca, muy especialmente, la denominada primera batalla de Cepeda que aconteció 1° de febrero de 1820.

 

Las causas de la batalla

Las causas que llevan a esta confrontación fueron numerosas y las mismas tienen su inicio en el descontento de las provincias del interior con Buenos Aires, que había gobernado a las Provincias Unidas del Río de la Plata, surgidas a partir de la Revolución de Mayo, sin tener en cuenta la voluntad de las provincias. La principal exigencia de los caudillos federales era que cada provincia se gobernara a sí misma y que unidas formaran una federación.

Desde esa fecha el conflicto Buenos Aires-Interior se fue acrecentando. En 1814 el caudillo oriental José Artigas lleva adelante las insurrecciones contra Buenos Aires, conformando una Liga Federal. En 1816 las provincias literales, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones y la Banda Oriental actuaban con independencia de Buenos Aires, pero el punto que señalamos como la causa determinante fue la sanción de la constitución Argentina de 1819, que otorgaba plenos poderes al gobierno de Buenos Aires y restringía la autonomía de las provincias. Esto hizo que se decidiera no tratar más con buenos aires y atacarlo en su propia capital. Por encargo de Artigas, las fuerzas de entre Ríos se trasladaron a Santa Fe, y desde allí avanzaron hacia Buenos Aires.

 

La batalla de Cepeda

 La primera batalla de Cepeda aconteció el 1º de febrero de 1820, cuando se enfrentaron los ejércitos conformados por fuerzas del interior que tenían en Francisco Ramírez y  Estanislao López a sus jefes más visibles contra el ejército de Buenos Aires que estaban comandado por los coroneles José Rondeau y González Balcarce.

Rondeau formó su ejército en una disposición clásica, con la caballería a los lados y la infantería y la artillería al medio; protegiendo sus espaldas quedaba la larga formación de carretas. Una posición muy difícil de vencer, si el enemigo atacaba de frente. Pero en medio de la llanura, los federales no estaban obligados a hacerlo, justamente porque sus tropas eran puramente de caballería.

López dejó el mando de las operaciones de la batalla a Ramírez. Es que López era experto en acciones de guerrilla, pero Ramírez había demostrado ser muy capaz en las batallas propiamente dichas. Junto a los santafesinos y entrerrianos, formaban en el ejército federal algunos indígenas del Chaco y un escuadrón de correntinos, al mando del capitán irlandés Pedro Campbell y el militar chileno José Miguel Carrera. 

 

El lugar donde se desarrolló esta batalla

La batalla tuvo como escenario las adyacencias del Arroyo del Medio con el de Cepeda, lugar donde se encontraba el caserón de la estancia “La Ambogena”, que fuera de Mariano Benítez y más tarde de Luis García del Molino.

Fue una batalla que duró sólo unos pocos minutos a tal punto que se la denominó “La Batalla de los diez minutos”. En la misma los federales dejaron de lado las tácticas militares para imponer en una arremetida salvaje la pasión social que los convocaba. De esa manera en unos pocos minutos destruyeron por completo la resistencia del Ejército Unitario, y la huida de la caballería directoral arrastró a Rondeau. El resto del ejército (casi mil hombres) ]debió retirarse hacia San Nicolás de los Arroyos (a orillas de río Paraná, a 60 km de distancia) y embarcarse de regreso a Buenos Aires, dirigido por el general Juan Ramón Balcarce. 

 

Pergamino capital del federalismo

Esta Batalla está considerada como la primera acción de lucha intestina que se produjo después de la Revolución de Mayo. Se la consideró como el bautismo de fuego del federalismo argentino y como la primera afirmación colectiva de la mayoría popular a favor de la Organización Nacional Republicana Federal.

Después del triunfo de las fuerzas federales, Francisco Ramírez se encaminó con sus hombres hacia Buenos Aires a parlamentar con los representantes del Cabildo. En tanto Estanislao López con doscientos prisioneros se internó en Pergamino, donde estableció el cuartel general y asignó al lugar como Capital del Gobierno Federal y desde este lugar lanzó la proclama en la que instó al pueblo de Buenos Aires a aceptar los principios políticos del federalismo. Principios que demostraron en la actitud de quedarse con la mayor parte de las fuerzas en las cercanías del Arroyo del Medio sin aprovecharse del triunfo que obtuvieron. A través de esta medida los caudillos federales exponían de manera clara y contundente su ideario federal “la guerra es contra la administración de Buenos Aires y no contra la provincia”.

 

Consecuencias de esta batalla

El éxito que se obtuvo en Cepeda de 1820 posibilitó la instauración del federalismo, consolidándose la personalidad histórico-patriótica de las provincias y diseñándose el régimen de la Constitución Histórica de la Nación que se iniciara con el Tratado de Pilar del 23 de febrero de 1820, donde se reconocieron las autonomías provinciales.

En síntesis las consecuencias de esa batalla fueron las siguientes:

  • Disolución del Directorio. Renuncia del Director Supremo José Rondeau. Asume en su lugar el primer gobernador autónomo, Manuel de Sarratea, ascendido al poder con la protección de los federales. Firmó con ellos el tratado de Pilar.
  • Disolución del Congreso.
  • No aplicación de la Constitución de 1819.
  • Surgimiento de las autonomías provinciales. Las provincias se gobernaron a sí mismas como entidades independientes.

 

Dueños de todo el norte de la provincia de Buenos Aires, López, Alvear, Ramírez y Carrera, convocaron en Luján el 30 de junio de 1820 una representación de los pueblos de campaña, que se llamó Junta de Representantes de la Campaña y estaban conformadas por representantes de los principales pueblos bonaerenses: Pergamino, San Nicolás, Arrecifes, Baradero, Carmen de Areco, Salto, Exaltación de la Cruz. Esta comisión eligió como presidente al pergaminense José Lino Echevarría. Pero esa Junta muy poco pudo incidir, ya que las fuerzas militares de Buenos Aires se restablecieron con rapidez y reiniciaron la lucha fratricida que continua, si bien por otros medios, hasta nuestros días.

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