Con la llegada del frío, es muy normal tener algún tipo de resfrío o gripe y es porque nuestro cuerpo suele estar con las defensas bajas, además de que nos cuesta más retener nuestro calor corporal. Por eso, es muy importante abrigarse bien, llevar la ropa adecuada, pero sobre todo, alimentarse bien para darle a nuestro organismo la energía y los nutrientes que necesita.
El frío llegó para quedarse, por eso, es muy importante contar con una buena “despensa calórica” y hay alimentos que son imprescindibles para generar calor interno a los que es importante consumir en esta época del año.
“Cuando nos exponemos al frío, el organismo responde a través de cambios fisiológicos que permiten mantener el balance térmico. Entre estos cambios, se encuentran la vasoconstricción, que ayuda a disminuir la pérdida de calor y los temblores, que a través de la contracción muscular aumentan la termogénesis (generación de calor corporal). Este último proceso requiere de un gasto energético que aumenta a su vez el gasto total de energía. Debido a ello, los alimentos que ingerimos deben cubrir los requerimientos nutricionales y satisfacer ese incremento en el gasto energético”, comenta la nutricionista española Sonia Ruiz.
Ruiz indicó además que para eso es habitual que haya que aumentar el aporte de calorías, dependiendo de los grados de descenso de la temperatura. En cuanto a las proporciones de macronutrientes, se recomienda incrementar ligeramente la cantidad de hidratos de carbono y las grasas saludables. Los vegetales también son importantes en este sentido, y se debe priorizar el consumo en crudo de aquellos que son ricos en vitamina C, mientras que, además, hay que optar por consumir alimentos y bebidas calientes, como los caldos y las infusiones, señaló.
Además de las pautas generales de la nutrición antifrío, es importante conocer el efecto que tienen determinados alimentos en los tejidos corporales en general y en el tipo de grasa en particular y, según explica Ruiz: “La grasa blanca viene a ser un reservorio de energía mientras que la grasa parda se encarga principalmente de la termorregulación, es decir, de generar calor en respuesta al frío climático. Los compuestos que se encuentran en los alimentos son los que activan la termogénesis de este tipo de grasa”.
Hay otros dos elementos, las mitocondrias y las catecolaminas, que también juegan un papel fundamental en este proceso. Las mitocondrias son estructuras pequeñas que se encuentran dentro de la mayoría de las células del cuerpo y que se encargan de producir energía para la vida y la función de los órganos. En las mitocondrias se consumen la glucosa y otras sustancias energéticas de nuestro cuerpo en el proceso de respiración celular. Este proceso requiere oxígeno, y en él se genera energía, señala la especialista.
En cuanto a las catecolaminas, Ruiz dijo que se generan en el tejido nervioso, en el cerebro y en las glándulas suprarrenales como respuesta al estrés. La epinefrina (adrenalina), la norepinefrina (o noradrenalina) y la dopamina son catecolaminas. Entre muchos efectos en nuestro organismo, las catecolaminas reducen la cantidad de sangre que se dirige a la piel y a los intestinos, e incrementan la sangre que va a los órganos principales, como el cerebro, el corazón y los riñones.
La liberación de catecolaminas puede impulsar una serie de reacciones en nuestro cuerpo relacionadas con la termogénesis. La actividad del sistema nervioso simpático se incrementa con el frío, lo que conlleva un aumento de la termogénesis, y se sabe que hay alimentos que pueden incrementar nuestros niveles de catecolaminas, expresó.
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