El verano transforma los días en oportunidades para conectar con la naturaleza, renovar la energía y disfrutar del aire libre. Durante esta estación, la luz solar se convierte en un recurso vital que puede influir en nuestro bienestar y ritmo diario.
Explorar cómo el cuerpo responde a la luz del amanecer es una invitación a sincronizar nuestras actividades con los ciclos naturales.
Aprovechar las primeras horas del día en verano tiene un impacto directo en la salud física y mental. Según un estudio de Harvard Medical School, despertarse temprano y exponerse a la luz del sol ayuda a regular el ritmo circadiano, el “reloj interno” del cuerpo. Este ciclo natural determina cuándo nos sentimos más alertas o somnolientos y, al sincronizarse con la luz solar, mejora significativamente la calidad del sueño nocturno.
Además, la exposición matutina a la luz estimula la producción de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Este neurotransmisor es clave para el buen estado de ánimo y la estabilidad emocional. La National Sleep Foundation destaca que iniciar el día con luz natural reduce el estrés, mejora la concentración y aumenta la energía.
Madrugar también crea una rutina que fomenta hábitos saludables. Las primeras horas del día suelen ser más tranquilas, lo que permite realizar actividades como ejercicio, meditación o planificación, sin interrupciones ni distracciones.
Incorporar esta práctica trae múltiples ventajas que impactan tanto en el cuerpo como en la mente:
Madrugar en verano también es una estrategia para disfrutar al máximo del tiempo al aire libre. Las actividades realizadas en las primeras horas suelen estar acompañadas de temperaturas más agradables y menor radiación UV, lo que protege la piel y evita la exposición prolongada al calor extremo.
Según Harvard, este hábito contribuye al bienestar integral al combinar tres elementos clave: movimiento, contacto con la naturaleza y luz solar. Además, ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la depresión, gracias a la activación temprana del metabolismo y la mejora en el balance hormonal.
La luz solar matutina también favorece un estado de alerta que puede potenciar el rendimiento en el trabajo o el estudio. Según la American Psychological Association, las personas que madrugan suelen tener más energía para abordar tareas complejas y tomar decisiones importantes durante el día.
Si bien despertarse temprano puede parecer un desafío al principio, ciertos ajustes en la rutina pueden facilitar la transición:
Estos consejos, basados en investigaciones de Harvard Medical School, son simples, pero efectivos para convertir el hábito de madrugar en una experiencia positiva.
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