La fábrica Lucini, de Omar Lucini, fue mucho más que una empresa metalúrgica que laminaba acero para producir perfiles ángulos, doble T y redondos.
Se transformó en un orgullo nacional que, desde Pergamino, aunque se fundó oficialmente en Lanús, Provincia de Buenos Aires, por conectarse con el mundo.
Su producción llegó hasta los Estados Unidos, Arabia Saudita, Japón, Europa, Chile y Sudáfrica.
Como parte de sus grandes logros, se puede decir que parte del acero utilizado para la construcción de Las Torres Gemelas -se iniciaron en agosto de 1966- fue llevado desde nuestra ciudad.
Por esos días, en la moderna planta se producían entre 400 y 500 toneladas de laminados por día, un número muy difícil de imaginar en estos tiempos.
Productos de calidad
Los productos eran de una calidad de exportación y para ello se traía palanquillas y o tochos, se los calentaba a más de 1000 grados centígrados.
Se los hacía pasar por un tren de laminación hasta llegar al perfil deseado. Además, se trafilaba y galvanizaba. La palanquilla se la cortaba, generalmente a soplete con un largo estimativo de un metro y estibaba a unos 25 metros según el perfil.
Luego era cortada cada 6 metros, enderezaba y hacían paquetes de unos 2000 kilos.
Un poco de historia
La fábrica Lucini fue un emblema en un Pergamino pujante. Su producción estaba entre las cinco primeras de la Argentina. El desarrollo del acero tuvo un amplio apoyo de Fabricaciones Militares.
En 1947 se sancionó el Plan Siderúrgico Nacional y en 1967 el gobierno nacional declaró a Lucini y CIA “Empresa de Interés Nacional”.
En nuestra ciudad, el Consejo de la Comunidad recibió a Omar Lucini, quien manifestaba que la empresa era la única de capitales argentinos. Y su presencia en estas tierras para los pergaminenses, que apoyaron la campaña de capitalización de la empresa, se tomaba como sinónimo de trabajo y riqueza.
Inicio y final
La fábrica comenzó en 1958 con dos o tres asociaciones que fueron cambiando de nombre.
Luego de que algunos empleados fueran a perfeccionarse comenzó la laminación. Esto fue creciendo con un fuerte apoyo del Gobierno Nacional, de lo que era en esos momentos Fabricaciones Militares, a través de créditos y demás considerando que el acero era un metal base e importante para el desarrollo del país.
En los primeros años de la década del 70, alcanzó los 720 empleados, siendo la firma privada más grande de la zona en su rubro.
Lucini llegó a comprar dos altos hornos con los que no solamente se iba a laminar, sino que se iba a producir el acero, pero esos hornos, por varios años estuvieron en la Aduana y luego del golpe militar de 1976, fueron a parar a una acería de Bragado, cuyo propietario era un socio y amigo de Lucini.
Desde ese momento, la fábrica comenzó un declive hasta cerrar en 1980 (tenía 250 trabajadores), con su cierre se apagaron las chimeneas de una empresa que nunca será olvidada.
Campeón en fútbol
Uno de esos momentos extraños fue en 1974, donde la empresa concretó importantes cargamentos de hierro ángulo que se embarcaron desde la playa del Ferrocarril General Belgrano con destino a Bolivia.
Uno de esos cargamentos que permite tener una idea de la producción. Se realizó el 20 de enero de 1974 por medio de un convoy especial y consistió en 90 toneladas industrializadas y con ella sólo cubría una parte de las diferentes etapas de su programación de exportaciones a países limítrofes.
En este buen momento económico y social, se decide llevar adelante un proyecto ambicioso.
Un club de fútbol Benito Juan Lucini, que representaría a la fábrica. Como no podía ser de otra manera los colores que le recordaban a su amado Banfield -sobre el blanco de la camiseta una banda verde-.
Jim López
Los dirigentes pudieron contratar a los mejores jugadores de la región y es así como en 1974 ganaron el campeonato de tercera logrando el ascenso a primera. Ese equipo campeón lo conformaban entre otros Gutiérrez, Russo, Cerchi, Godoy, Azpeitia, García, Género, Vilaseca, Corona, Gianmarchi, Ochoa y Fulghieri.
Para 1975 contrató como director técnico al brasilero Alejandro Galán más conocido como Jim López. Para todo esto se había comprado un lote para llevar adelante el complejo deportivo que estuvo ubicado en la avenida Pellegrini entre las rutas N° 8 y 188.
El 22 de diciembre de 1973 se habilitaron canchas de futbol, voleibol, pileta de natación, juegos infantiles, quincho, playón de arena, un bellísimo parte y la sede social.
Echecopar y Santoro
Lucini fútbol, tendría su momento más glorioso en 1978, al consagrarse campeón de primera división con un equipo repleto de talentosos jugadores y muchos de ellos con pasado en ligas internacionales o primera división del fútbol argentino, como Santoro, Aguirre Suárez y Echecopar. Otros jugadores de ese equipo campeón fueron: Torcigliani, Mateos, Marilao, Santachiara, Ruggeri, Lamolla, Gianmarchi, Bassitta, Baquela, Leclerc, Maldonado, Ferreyra, Fernández, Bianco y Naites. En este mismo año concretamente el 14 de octubre de 1978 se inauguró la nueva sede social en la calle Bartolomé Mitre, entre San Nicolás y Merced.
Personalidades
El club por otra parte realizó memorables jornadas musicales contratando orquestas bailables de primer nivel y asimismo organizó carreras de autos e invitó a numerosas personalidades que conocieran la fábrica. Vinieron boxeadores como Abel Laudonio, Nicolino Loche y Horacio Acavallo, artistas como Susana Giménez, que vino cuando se puso en marcha el tren 0 (era un laminador con cilindros de 700 milímetros de diámetro compuesto por dos cajas de tríos que funcionaban con un motor en línea).
Fueron numerosos los cantantes de tango, Edmundo Rivero y el “Polaco” Goyeneche, que también visitaron la firma.
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