¿Sueles mascar chicle con regularidad? No estás solo. En un estudio realizado en 2019 con más de 3000 adolescentes y adultos de EE.UU., el 62 por ciento afirmó haber mascado chicle en los últimos seis meses; en promedio, mascaban aproximadamente un chicle al día.
Los expertos afirman que mascar chicle puede afectar a varias partes del cuerpo, tanto de forma positiva como negativa.
Problemas de mandíbula. Mascar chicle puede agravar los problemas de mandíbula de las personas que son propensas a tener afecciones o lesiones en la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo, explicó Arsenault. Esto incluye a quienes rechinan o aprietan los dientes. Masticar chicle puede cansar los músculos de la mandíbula y provocar chasquidos, crujidos, dolores de cabeza y fatiga muscular facial, dijo. Para equilibrar los beneficios para la salud bucodental con los posibles problemas mandibulares, Arsenault recomienda mascar chicle solo durante periodos cortos de tiempo después de comer; digamos de 15 a 20 minutos. Sin embargo, si tienes una lesión o trastorno de la ATM, quizá debas evitar por completo mascar chicle, añadió.
Problemas digestivos. Aunque para algunas personas mascar un chicle puede aliviar los síntomas del reflujo ácido, para otras puede incluso empeorarlos, señaló Stanton. En algunos casos, mascar chicle puede relajar el esfínter esofágico inferior, un músculo ubicado en la parte inferior del esófago que impide que el ácido entre. Cuando el ácido entra en el esófago, puede provocar síntomas de acidez. Cuando alguien mastica chicle, sobre todo si lo hace enérgica o rápidamente, también puede tragar aire sin darse cuenta, lo que puede provocar hinchazón, gases y eructos, comentó Stanton. Los sustitutos comunes del azúcar en los chicles, como el xilitol y el sorbitol, “pueden tener efectos similares a los laxantes”, añadió, aumentando el riesgo de desarrollar diarrea, dolor abdominal, calambres o hinchazón.
Exposición a microplásticos. Muchos chicles se fabrican empleando plásticos como el polietileno y el acetato de polivinilo, dijo Arsenault. Esto ayuda a darles elasticidad. Aunque se necesitan más investigaciones, un estudio presentado recientemente en una conferencia descubrió que estos plásticos pueden liberarse en nuestra boca, aunque no está claro cómo afecta esto a la salud, dijo Katrina Korfmacher, investigadora de salud medioambiental del Centro Médico de la Universidad de Rochester. El nuevo estudio sugiere que la mayoría de estos plásticos se libera del chicle en unos cuantos minutos, por lo que si tiendes a escupir el chicle en cuanto pierde su sabor y empezar con uno nuevo, podría ser mejor que sigas con el mismo todo el tiempo que puedas.
Y, añadió Korfmacher, para cuidar el medioambiente, “asegúrate de no tirarlo al suelo”.
(*) Por Melinda Wenner Moyer
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