Muchas veces las adversidades hacen más fuertes a las personas y mucho más cuando el contexto no ayuda. Este es el caso de Franco Henrich, diseñador gráfico y emprendedor radicado en nuestra ciudad.
Nació con glaucoma congénito, un subtipo muy atípico con que los bebes nacen y si no son tratados desde un comienzo, el nervio óptico, aquel que conecta los ojos con el cerebro se atrofia y produce ceguera total.
Sin embargo, no fue el caso del diseñador que lo descubrió a los 26 años. Hoy no puede ver de un ojo y tampoco casi con la mitad del otro. Es una patología que avanza progresivamente sino se trata.
“Mis colegas, amigos, familiares y hasta el equipo médico con el cual me atiendo no pueden creer que yo siga trabajando al mismo ritmo que una persona sin patologías porque físicamente tengo muchas limitaciones pero yo les comento que la voluntad y la pasión es mucho más fuerte”, explicó.
El día a día de Franco Henrich es igual al de cualquiera de sus colegas y trabaja en su estudio para clientes de Argentina, España, Reino Unido y Estados Unidos. Y hasta tuvo la oportunidad de trabajar con reconocidas marcas, mientras lleva adelante un sin fin de proyectos.
El diseñador es jerarquizado en el ámbito del diseño gracias a su especialidad en desarrollo de marcas. “Habló a diario con amigos diseñadores del país que están catalogados como los mejores y realizo capacitaciones junto a ellos por plataformas virtuales”, sostuvo.
Nadie advierte su discapacidad hasta que “me ven o conviven unos minutos conmigo. Jamás lo digo a menos que me pregunten. No tengo prejuicios pero tampoco me hace diferente”.
La obra social prepaga de Franco es Avalian -exAca Salud-, la cual no cubrió sus tratamientos, ni cirugías, ni medicamentos y mucho menos los viáticos para viajar y hospedarse en el lugar donde se atendió por su discapacidad mientras fue operado, dado que las intervenciones fueron con anestesia general.
“Desde hace más de un año estoy en acciones legales para que me reconozcan los inmensos gastos que solo pude llegar a cubrir gracias a familiares que me prestaron dinero y, de a poco, mes a mes, con mi trabajo fui devolviendo en cuotas. Es una sensación de impotencia enorme el hecho de necesitar operarme y no tener los recursos para hacerlo”, precisó.
Es monotributista, posee certificado de discapacidad nacional, abona al día la cuota de Avalian y la prepaga no cumple con la Ley Nacional de Discapacidad, que concede el 100 por ciento de cobertura a quienes estén en la situación del diseñador.
“Como discapacitado visual y, lo mismo sucede con los discapacitados motrices u otras patologías, nos chocamos día a día con una realidad y un país hecho para personas heteros, jóvenes, con buena visión y un buen pasar económico y ese ideal no existe. Todos estamos de alguna manera inmersos en una minoría por la edad, por la ideología, por las limitaciones, por pasar económico. Yo voy por la calle chocándome las mesas de bares en las veredas, los canteros, tótems y señaléticas en la peatonal, las motos en el Arroyo y los semáforos no aptos para ciegos”, señaló.
Al igual que jóvenes como Gino Tubaro o Mateo Salvatto, Franco trabaja sin ningún interés económico en causas sociales que ayudan a hacer más fácil la vida de otros.
“La vista, como cualquier otro sentido, debe ser un derecho, nadie debería agudizar una mala visión por no tener los recursos económicos para tratarse”, indicó el protagonista de la nota de hoy en PRIMERA PLANA.
Si todavía no recibís las noticias de PRIMERA PLANA en tu celular, hacé click en el siguiente enlace https://bit.ly/3ndYMzJ y pasarás a formar parte de nuestra base de datos para estar informado con todo lo que pasa en la ciudad y la región.
