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¿Qué es de la vida de Gustavo Pansecchi?

Una vida dedicada a la contribución de una sociedad

En los diferentes sectores de nuestras ciudad siempre vamos a encontrar negocios y personas que hace varios años brindan sus servicios a la comunidad pergaminense. En el caso del Barrio Centenario, más precisamente en Juan B. Justo 1946, Gustavo y la Librería del Estudiante forjaron su identidad hace varias décadas.

En esta ocasión, conoceremos más sobre su vida, sobre sus gustos y costumbres, como también cómo fue la evolución de este comercio que a día de hoy acompaña a cientos de personas en sus actividades.

¿Qué destaca de su infancia y adolescencia?

Soy de la quinta generación de pergaminenses, nací en esta hermosa ciudad y los primeros siete años los pasé en el campo, con mucha libertad y un sinfín de experiencias. Además, a mis 10 años viví un tiempo en la Ciudad de Colón, donde residimos en las afueras y donde disfrutaba del aire libre y de actividades emocionantes para la edad que tenía en aquel entonces: andar en caballo en un pisadero de barro y luego llevarlos a pastar, los kartings a rulemanes, el rifle de aire comprimido, la bici, pasear y visitar amigos que vivían en campos a 5 km (algo impensado para un niño de esta época).
Al volver, finalicé la primaria en la Escuela N°1 de la que tengo muy lindos recuerdos, como compañeros con los que nos volvemos a encontrar.
Por otra parte, la secundaria la cursé en el Industrial y ahí logré adquirir habilidades, tanto de trabajo manual como en lo técnico, que hoy uso y me ayudan todos los días a entender y aprender. Allí también había excelentes docentes y un grupo inigualable de compañeros con los que nos juntamos y volvemos a ser “los pibes del INDU” por un rato.

¿Cómo es su presente y qué destaca de él?

Disfruto de todo lo que hago. Tengo registro del tiempo para cada cosa y puedo dar el paso atrás y luego reiniciar o corregir lo que no me satisface como queda o está, siempre intentando hacer lo mejor que pueda y aplicando mis conocimientos.

¿Cómo fueron sus comienzos en la librería y cómo fue su evolución?

La librería fue una idea de mi esposa a la que se acopló mi madre. Ambas comenzaron hace casi 40 años en un garaje con dos estanterías, siempre con la idea de proveer materiales de artística y artículos escolares y hoy se mantiene esa idea.
Al ser un emprendimiento familiar, todos nos involucramos en su historia para dar una mano y en el 2014, cuando me jubilé, me incorporé de lleno en el negocio.
Su evolución ha sido importante, pese a las complicaciones económicas de los últimos 40 años, conservamos una muy buena clientela de barrio, de todo el partido y de las ciudades vecinas. Aunque las épocas fueron volátiles, la cantidad de clientes siempre se mantuvo.

¿Qué lo motivó a introducirse en la política?

Antes de Malvinas, con algunos amigos teníamos conversaciones de política y la figura de Raúl Alfonsín me atrajo a la militancia dentro de la UCR de la ciudad y en la Franja Morada en Rosario, donde estudiaba.
El aprendizaje de la militancia universitaria fue importante en mi formación para analizar y entender situaciones y circunstancias. La posibilidad de debatir, confrontar ideas y lograr consensos respetándolos a rajatabla, orgánicos y disciplinados, todo eso conforma el funcionamiento de una organización política que se precie de democrática.
Lo que aprendí e incorporé a mi actividad y formas de proceder se convirtieron en el motivo por el que me alejé del Partido en 2013. La irrupción de varios cuentapropistas, sin ideología, sin formación, sin ética, sólo motivados por intereses personales no hacen al bien común, pudo más que mi voluntad. Se desdibujó el tablero y cambiaron las reglas. Pese a todo, dentro de distintas organizaciones sobreviven sectores que sostienen principios éticos y democráticos.

¿Qué cree que fue lo más importante que aprendió de su labor a lo largo de su trayectoria?

He podido hacer muchas cosas. Trabajar en el campo, en el taller, en el Municipio, en el negocio, en estos lugares pude aprender y respetar al otro: sus capacidades, su inteligencia y sus circunstancias. Muchas personas me han enseñado conocimientos invaluables que conservo y utilizo. Alguien me dijo, palabras de un filósofo: “tu ideología no la define tu discurso, sino tus actos”, y esto en el día a día me ayuda a entender muchas cuestiones.


¿Qué objetivos tiene a futuro?

Quiero seguir con mis aprendizajes y poder aplicarlos. También viajar con mi esposa y mi familia, compartir actividades con mi hija y mi hijo y seguir aportando algún granito de arena en las entidades que participo: la Cámara de Comercio y la Asociación Civil del Museo de las Batallas de Cepeda.

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